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Autopista Ribereña y Red de Expresos Regionales, dos proyectos metropolitanos para la CABA

Por la CABA circulan diariamente 3 millones de bonaerenses de los cuales 1,2 vienen a trabajar. La movilidad, además de ser la principal problemática del AMBA, es eje estructurante de convivencia y calidad de vida de los 15 millones que la habitamos.

La coincidencia de monocolor político de Nación, PBA y CABA, dinamizó dos obras en la Ciudad para la conectividad de la región: la Autopista Ribereña, renombrada como Paseo del Bicentenario, que conecta a la Autopista Illia con la Buenos Aires-La Plata; y la Red de Expresos Regionales, que conecta las principales líneas ferroviarias con otros modos de transporte en una estación central debajo del obelisco.

Por el impacto de ambos proyectos habilitamos un espacio de intercambio y debate con aportes fundados en el conocimiento y experiencia de sus autores. Brindaremos, además, información de base sobre cada proyecto.

Esta nota contiene una breve descripción de la RER y una opinión crítica de Alfredo Garay, ex Presidente de la Corporación Puerto Madero, sobre el proyectado Paseo del Bicentenario. En el último IDM, Germán Bussi, Secretario de Planificación del Transporte del Gobierno Nacional, escribió una columna de opinión sobre el RER.

La Red de Expresos Regionales

RERLa Red de Expresos Regionales es un mega proyecto en materia de transporte que conectaría las principales líneas ferroviarias de Buenos Aires a otros medios de transporte: subterráneos, colectivos y bicicletas. La interconectividad y optimización de recursos del sistema de transporte en  actual funcionamiento  son los lineamientos básicos del proyecto. A su vez, se plantea para los usuarios la reducción del transbordo, y una cierta previsibilidad en torno a la movilidad y la fluidez en las vías de comunicación en el Área Metropolitana de Buenos Aires.

La obra concretamente consiste en extender los tendidos de líneas férreas unos 16 km. para que puedan unificarse las líneas de la zona norte (San Martín, Mitre y Belgrano norte), la zona sur (Roca y Belgrano Sur) y la zona oeste (Sarmiento).

La unificación de dichas líneas se realizará a partir de la construcción de túneles subterráneos para la confluencia de todas las vías de transporte en un punto neurálgico de la CABA: una estación central bajo el Obelisco. La planificación del proyecto contempla cuatro niveles. En el nivel superior circularían vehículos por las avenidas: colectivos y autos. En un primer subsuelo se encontraría una terminal de combis, en un segundo nivel un túnel peatonal para conectar las líneas de subte A, B, C, y D. Y en un tercer nivel subterráneo, la conexión entre las líneas férreas: Roca, Mitre y San Martín.

La obra está planeada para ser construida en ocho años dividida en 3 etapas. La primera se concretaría en cuatro años y consistirá en la construcción de la estación central «Obelisco», las estaciones Constitución y Retiro, y los túneles subterráneos que conectarán el sur con el norte, para de este modo integrar la línea Mitre, la  Roca y la  San Martín. Una segunda etapa consistiría en la integración de la línea Sarmiento a la red, mediante la construcción de túneles de este a oeste, que conectarán la estación de Once con una estación en el Correo Central. La última etapa consistirá en extender la línea Belgrano Sur hasta la estación actual de Constitución y, desde allí, construir un nuevo túnel que la conecte a la estación Retiro de la RER.

La única de las vías que no está incluida a la Red de Expresos Regionales sería la línea Urquiza, aunque se prevé vincularla con la Línea B del Subte dada su cercanía con la Estación Lacroze. Cabe destacar que esta la Urquiza junto a la línea Belgrano Norte son las dos únicas líneas dentro del sistema de ferrocarriles suburbanos que no operan bajo la Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado.

Este año el Ministro de Transporte Guillermo Dietrich, anunció la obra lanzando la licitación para la primera etapa que tendrá un costo aproximado de 200 millones de dólares. La apuesta del gobierno es encarar pequeños tramos de la obra que puedan realizarse con presupuesto corriente, hasta tanto se consiga el financiamiento internacional necesario para construir la obra.

Paseo del Bicentenario, irracional abandono de un buen proyecto – Por Alfredo Garay

RibereñaEn los últimos días ha sido anunciado el nuevo proyecto de la Autopista Ribereña, que aunque fuera presentado con un nuevo nombre (paseo del bicentenario) sigue siendo la conexión entre el sistema de autopistas del norte con las del sur y oeste de la ciudad.

Durante todo el año  2015,  por encomienda del Gobierno Nacional y del de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Corporación Antiguo Puerto Madero tuvo a Cargo el desarrollo de este proyecto, para cuya realización convocó a un equipo de expertos de primer nivel que llegó a un resultado sumamente satisfactorio. Desgraciadamente, las dificultades de dialogo en el contexto de un periodo electoral, impidieron la firma del convenio previsto para diciembre del 2015 y que luego se fue postergando indefinidamente.

El proyecto preveía la realización de un túnel de baja profundidad, utilizando una tecnología (cut and cover) suficientemente  experimentada en el medio  local, sobre todo en la realización de cocheras subterráneas en Puerto Madero.  Esta elección daba garantías a las obras que en este tipo de suelos pueden presentar problemas. Se propuso una vialidad de tres carriles por sentido, ateniéndose a las exigencias de seguridad más estrictas (europeas) para la construcción de obras de este tipo.  El tramo tenía una longitud de 6.5 Km y respetaba el funcionamiento de los trenes de carga que dan acceso al puerto. Había consensuado con AGP condiciones de funcionamiento del sector, mejorando notablemente los sistemas de acceso a las terminales de puerto nuevo y estacionamiento de camiones entorno a la Avenida Castillo. Garantizaba la apertura de una nueva avenida (Gendarmería Nacional), mejorando las vías de acceso al centro de la ciudad, convirtiendo a las avenidas  Huergo y Madero en un bulevar de transito libre de camiones que agilizaría todos los movimientos entorno al micro y macrocentro.

La propuesta incluyó la urbanización de la villa 31, de acuerdo con el plan elaborado por la Facultad de Arquitectura que fuera consensuado entre las organizaciones barriales y el gobierno de la ciudad. Esta propuesta suponía la afectación de tierras actualmente ocupadas por YPF pero que habían formado parte del decreto 1001 (que transfería las tierras del Estado Nacional para la urbanización de la villa) para lo cual se habían iniciado las tratativas con la empresa y ya se contaba con la factibilidad de todas las empresas de servicio.

Nunca entendí los motivos que llevaron al Jefe de Gobierno a cambiar repentinamente de proyecto. Los asesores que le aconsejaron abaratar la obra y acortar los plazos para que él pueda llegar a inaugurarla en su mandato, seguramente son ya consientes que el proyecto actual termina siendo más costoso y que el tiempo se le está escurriendo entre las manos.

Los meses que duró la transición, mientras un equipo de AUSA reformulaba el proyecto, envié al Jefe de Gobierno una nota, cuyos contenidos expongo en esta columna. Como no obtuve ninguna respuesta, considero valido que mis dudas puedan ser transmitidas a la opinión pública, a través de una institución tan específica, seria y democrática como la Fundación Metropolitana.

La trinchera introduce un límite urbanístico entre el este y el oeste. Si la trinchera está  cubierta por una losa estos metros se recuperan como espacios librados al uso público (parque lineal, plazas y otras áreas de uso público). Supuestamente la trinchera simplifica los mecanismos de ventilación y tratamiento del aire (baja costos) pero transfiere estos efectos (sin tratamiento) al medio circundante (más contaminante). Los estudios de contaminación del aire y ruidos se presentan en el caso de la trinchera, como serios límites a la evaluación de impacto ambiental. Respecto del riesgo de incendios, si bien los humos suben y se disipan en el exterior, al no contar con los sistemas de presión de aire no se produce la estratificación de los humos en caso de incendio, incrementando los niveles de inseguridad. Es más insegura. Debe a esto agregarse que el proyecto presentado no incluye ningún costo (ni reserva espacios) para las escaleras de incendio que de acuerdo con las normas debe haber una cada 150 metros.

Espero que luego del anuncio se abra un tiempo de discusión pública del proyecto, y en ese marco, las autoridades tengan oportunidad de escuchar otras voces.  Si bien creo que merece la pena una mirada más profunda de la propuesta desarrollada por la Corporación, ante la inminencia del anuncio, y la decisión de transferir la responsabilidad a AUSA, cabe preguntarse si el abaratamiento de las obras significa reducir su calidad y normas de seguridad a los estándares que viene aplicando esta empresa, en obras como la curva de la 9 de julio (y San Juan), los nuevos accesos a la autopista Illia (por Libertador) o los zapitos (algunos de los cuales no contemplan el paso de una ambulancia).