Integración del transporte en el AMBA – Columna para Ambito
POR GASTÓN URQUIZA, FUNDACIÓN METROPOLITANA – El Área Metropolitana de Buenos Aires es una megaciudad que concentra el 37% de la población y el 48% del PBI. Allí se generan 22 millones de viajes diarios. Los modos de transporte público que podemos identificar son: trenes, colectivos, subtes, taxis y bicicletas.
El servicio de colectivos está a cargo de alrededor de 400 líneas de tres niveles de jerarquía, con más de 840 recorridos. El primer nivel lo conforman las líneas bajo jurisdicción de la Secretaría de Transporte de la Nación, circulan en la CABA y los municipios bonaerenses del AMBA (su numeración va de la 1 a la 199).
Bajo jurisdicción de la provincia de Buenos Aires están las que circulan entre los municipios del AMBA sin ingresar a la CABA (de la 200 a la 499). En el tercer nivel se encuentran las líneas municipales que circulan dentro de los mismos (las 500).
Carriles exclusivos
Además, en los últimos años se han desarrollado corredores de buses mediante carriles exclusivos en las avenidas troncales e incluso sobre la autopista 25 de Mayo. En su origen se limitaron a la CABA, pero luego se han extendido a algunos corredores bonaerenses del AMBA, como el Metrobus de La Matanza o el de Ruta 8.
El servicio ferroviario de pasajeros, en tanto, está a cargo de 8 líneas ferroviarias (Roca, Belgrano Sur, Sarmiento, Urquiza, Mitre, San Martín, Belgrano Norte y Tren de la Costa). Tiene una red de 800 km de extensión, 264 estaciones y 1.400.000 pasajeros transportados cada día hábil.
Por último, la red de subterráneos cuenta con alrededor de 60 km de extensión, con cuatro líneas radiales desde el microcentro de la Ciudad y dos transversales, una de las cuales bordea el área del microcentro y une las terminales ferroviarias del norte (líneas Mitre, Belgrano y San Martín) con la del sur (línea Roca).
El subterráneo no traspone los límites de la CABA y considerando la magnitud de la CABA y del AMBA, es una red pequeña si tomamos en cuenta redes como la de Ciudad de México, de 226 km, la de Santiago de Chile con 140 km y la de Sao Paulo con 96 km; a pesar de esto, no está proyectada la extensión de la red.
Tenemos una extensa red de transporte público, pero para fortalecerla es muy importante fomentar la intermodalidad. Esto traería como consecuencia mejores tiempos de viaje y menor congestión, ya que la mejora de los tiempos será un incentivo para que las personas abandonen el transporte privado.
Hoy en día, la mayor posibilidad para la intermodalidad se establece entre el bus y el ferrocarril. Combinación mediante la cual se realiza la mayoría de los ingresos y egresos desde los municipios bonaerenses hacia la CABA. Existen algunas iniciativas como el boleto multimodal, pero aun así, precisamos pensar nuevas políticas que tiendan a esta integración.
Ya tenemos un organismo para planificar el transporte, la Agencia de Transporte Metropolitano (ATM), pero ésta carece de acciones de trabajo concretas en dicha planificación.
La tecnología actual nos permitiría trabajar desde la ATM junto a la provincia, la CABA y los 40 municipios para fortalecer la red de transporte y la multimodalidad, integrando en una plataforma el origen y destino de los viajes para realizar proyecciones y generar acciones concretas.