En el marco del XI Foro Metropolitano se presentó un panel de discusión sobre CEAMSE y ACUMAR con el objetivo de analizar el funcionamiento de estos dispositivos de gestión ambiental metropolitana a partir de una mirada crítica y con el objetivo de mejorar su desempeño. En el panel participaron Alejandro Rossi (ex director ejecutivo de ACUMAR) y Carlos Hurst (ex presidente de CEAMSE).
El CEAMSE es una Sociedad del Estado inter jurisdiccional compuesta por la Provincia de Buenos Aires (50%) y la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires (50%). Fue creada por convenio en 1977 y tiene como objeto la disposición final de los residuos mediante la articulación de recursos, conocimiento, experiencia profesional, y en pos de asegurar el saneamiento y la mejora continua de la calidad ambiental de los 33 municipios que la conforman, la Ciudad de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires (14,5 millones de habitantes). El financiamiento de este organismo se compone del aporte de los socios y las tarifas por el tratamiento de RSU.
La Autoridad Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), es un ente de derecho público inter jurisdiccional en el ámbito de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Jefatura de Gabinete de Ministros, creada en el 2006 mediante Ley n° 26.168. Tiene facultades de regulación, control y fomento respecto de las actividades industriales, la prestación de servicios públicos y cualquier otra actividad de incidencia ambiental en la Cuenca. Su objetivo principal es recuperar la Cuenca Matanza – Riachuelo, y su alcance es de 8 millones de personas y una superficie de 2.338 Km2. Está compuesto por 8 integrantes: el titular de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Jefatura de Gabinete de Ministros (Presidente de la ACUMAR), tres representantes del Poder Ejecutivo Nacional, dos representantes de la Provincia de Buenos Aires, dos representantes de la Ciudad de Buenos Aires y el Consejo Municipal integrado por representantes de cada Municipio de las 14 jurisdicciones comprendidas.
El panel fue moderado por Marcelo Corti de la Fundación Metropolitana, quien luego de describir la institucionalidad de estos dispositivos de gestión, instó a los expositores a dialogar sobre cómo se conforman, cuales son las características y cómo se conforma algo tan complejo en materia económica y política (ver presentación de Marcelo Corti).
Alejandro Rossi, ex director ejecutivo de ACUMAR tomó la palabra para referirse a la creación de la identidad de la Cuenca de la Matanza estuvo basada en la concordia: “En el origen de la creación de ACUMAR hay un acuerdo tripartito entre la Nación, la Provincia de Buenos Aires y el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Esa concordia fue la que hizo posible que se juntaran todas las presentaciones y que en menos de un mes se aprobara el proyecto de ACUMAR. Esa concordia inclusive sirvió de base para dar un poco de viento a favor, para lanzar la primera generación de normas”. Continuó diciendo “La concordia es algo que está en el origen de un dispositivo institucional y que de alguna forma altera las leyes de gravedad dentro de un sistema jurisdiccional determinado porque hay necesidades que exceden el ámbito puramente local. Es importante que frente a estas oscilaciones de la concordia se logre que el sistema institucional sea lo suficientemente sólido para seguir formando un andarivel de decisiones y llegar a la concordia como instancia ulterior”.
Rossi continuó explicando que las fricciones políticas que impiden la concordia en el caso del ACUMAR fueron mitigadas a partir de mesas de trabajo abiertas con los representantes de la Nación, de la Provincia y Ciudad de Buenos Aires para desarrollar las normativas que iban a tenerse en cuenta en adelante. Y que en primera instancia, no se tuvieron en cuenta a los Municipios ya que para ellos se tuvo previsto un rol distinto dentro del funcionamiento de ACUMAR.
Carlos Hurst manifestó que dentro del CEAMSE, al contrario que en ACUMAR, no hay concordia de ningún tipo, ya que este organismo se creó en el marco de la dictadura militar, y explicó “no es producto de un acuerdo, sino de una decisión política que buscaba una solución a un problema gravísimo donde los municipios tuvieron la obligación de participar. En democracia, el CEAMSE continúa pero con una característica, es una sociedad del Estado (anónima) que no se rige por las leyes de la administración pública sino bajo las normas de una empresa privada”.
Hurst continuó diciendo que la complejidad en la toma de decisiones se debe a que si bien se trata de una Sociedad del Estado en donde las dos jurisdicciones, la Ciudad de Buenos Aires y la Provincia, tienen un 50% cada una. La Ciudad, por tener una cultura de mayor participación en la empresa, actúa más como cliente que como socia. Esto, explicó el ex presidente del CEAMSE se debe principalmente a que la Provincia no tiene residuos propios ya que pertenecen a los municipios, y agregó que en la práctica el CEAMSE es un instrumento de una política pública, y que quienes deberían definir la política pública de esa empresa no tienen el poder de decidir por su cuenta, si no que tienen que acordar entre los dos, producto no de la concordia, sino de la crisis.
Hurst aseguró “nadie asume que CEAMSE está en una situación grave. Se sigue tirando el problema hacia adelante generando una gran hipoteca para el futuro. Lo más importante para decidir, es tener voluntad de decidir, ningún organigrama institucional te garantiza buenas decisiones o una gestión eficiente. Acá tenemos que ir siempre a la decisión, voluntad y capacidad del hombre, o la mujer, o el equipo que estén a cargo para tomar decisiones”.
En el panel se abordó la planificación en los dispositivos de gestión metropolitana. Al respecto Rossi manifestó que la toma de decisiones tiene varias variables que considerar: la participación de un grupo técnico y un grupo político como insumo principal, pero también distintas instancias participativas externas, como los Consejos Académicos, herramientas muy importantes en todos los procesos de planificación, ya que son de utilidad para generar acuerdos, legitimar las decisiones, y actuar como caja de resonancia. El ex director ejecutivo de ACMUAR señalo la importancia de que las instituciones ya creadas vayan formando parte de las decisiones, porque si los debates no se dan dentro de esas instituciones, terminan ocurriendo fuera de ellas y las desbordan.
Nuevamente Rossi resaltó que “la concordia en el ejercicio es algo muy exigido y complejo. Y lo que vemos es que a la hora de implementar las decisiones, es que esa concordia muchas veces ha brillado por su ausencia. En ese momento el sistema institucional se pone a prueba. Pero no tiene por qué existir siempre el acuerdo. Siempre en una cierta medida va a haber discrepancia y concordancias, la suma de todo es la concordia. Cuando el sistema institucional no logra la concordia final, hay que preocuparse. Para lograr la planificación y los acuerdos de este plan Integral o macro plan de la Cuenca Matanza-Riachuelo, es necesario que haya debate y acuerdo entre los involucrados. La idea es que cada una de estas comisiones trabaje de manera aceitada, ya que si no es así, se corre el peligro de que el proyecto se transforme sólo en un escrito en papel para cumplir y burocrático”.
Por su parte, Carlos Hurst destacó la importancia de la participación ciudadana, de informar a los vecinos sobre las políticas y el funcionamiento del CEAMSE. Según él, una gran solución se aportaría a partir de la involucración del Gobierno Nacional para atenuar los conflictos y la falta de acuerdos entre la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires. La necesidad de acuerdo, para Hurst, debería estar entre los temas que son estratégicos en las relaciones de inter jurisdicciones.
En otro momento, el debate fue dirigido hacia las asignaturas pendientes de ambos organismos para un mejor funcionamiento, y Alejandro Rossi resaltó por un lado la profundización de la participación a los efectos de generar debates endogámicos con entidades o espacios cercanos. Y lograr una mecánica de incentivos en base a normas claras y que se cumplan, y que sean capaces de definir los objetivos y los parámetros de desarrollo. En cambio para Carlos Hurst, la asignatura pendiente del CEAMSE es que las decisiones efectivamente sean tomadas.
Finalizó su exposición el ex director ejecutivo de ACUMAR, diciendo que “mientras no se determine un camino a seguir con un cierto plazo de tiempo que se les de a las industrias para reconvertirse y bajo un rótulo amigable, todo va a seguir terminando en un juego de suma cero en el cual al final del camino queda sólo el político teniendo que tomar una decisión que la ve para sí mismo como suicida. Una verdadera reconversión es una serie de modificaciones en los procesos industriales, y eventualmente en la localización de industrias, que al final del camino genera un beneficio tangible para el ambiente y para la sociedad. Tenemos que poder desde la administración, cuando corresponda, dar soluciones para que ese camino sea más o menos entendible para todos los actores, y luego sí, que se cumpla a rajatabla y quien tengan que ir a la cárcel, que vaya”.
Alejandro Rossi fue el primer secretario general de ACUMAR. Abogado, diplomado en derechos humanos, es fundador y director ejecutivo del think tank ECOJURE. Además se desempeña como Asesor Regional para Medio Ambiente de la Organización de Naciones Unidas.
Carlos Hurst fue presidente de CEAMSE de 2003 a 2007. Anteriormente fue concejal de San Isidro en tres oportunidades. También se desempeñó como director del Grupo Bapro y Director Provincial de Tierras y Urbanismo.