Según los “Lineamientos estratégicos para la Región Metropolitana de Buenos Aires”[1], los parques industriales consisten en la creación de un espacio común con infraestructura y servicios compartidos, planificado y gestionado en forma unitaria, destinado en exclusividad a usos industriales y a servicios complementarios. Este espacio se diferencia del tejido urbano habitacional o del espacio periurbano en el que se inserta y su objetivo sería la creación de economías de escala, con la posibilidad de ofertar espacios, servicios y calidad específicamente adaptados a las necesidades de las industrias.
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), define los Parques Industriales como “un terreno urbanizado y subdividido en parcelas, conforme a un plan general, dotado de carreteras, medios de transporte y servicios públicos, que cuenta o no con fábricas construidas (por adelantado), que a veces tiene servicios e instalaciones comunes y a veces no, y que está destinado al uso de una comunidad de industriales” mientras que un área industrial es “un terreno mejorado, dividido en parcelas con miras a la instalación de industrias y que se ofrece a la venta o en alquiler”. Según la normativa argentina, un “Sector Industrial Planificado” puede convertirse en Parque Industrial luego de la adecuación de la infraestructura para el cumplimiento de ciertas condiciones establecidas.
Según información pública suministrada por distintas entidades y espacios gubernamentales, los parques industriales vienen proliferando en la Argentina en la última década. De acuerdo a datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa[2], en el país en 2003 sólo 80 parques industriales habían logrado sobrevivir a la crisis 2001-2002 y a la desindustrialización de los ‘90. Como contraparte, entre 2003 y 2011 se crearon en promedio 17 parques industriales al año. En 2011, el número de parques industriales ascendía a 235. Según el Ministerio de la Producción, Ciencia y Tecnología de la Provincia de Buenos Aires, a fines de 2013 estaban funcionando 314 predios en todo el país y 223 proyectos de creación, en marcha. En lo que respecta a la provincia de Buenos Aires se contabilizaban 80 parques y áreas industriales, el doble de lo existente 6 años atrás.
Según el Ministerio de Industria de la Nación, en el área metropolitana Buenos Aires los Parques Industriales son 9, de acuerdo al Registro Nacional de Parques Industriales (RENPI). En cambio, y demostrando una vez más que los criterios no son comunes para un espacio común como el AMBA, el Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología bonaerense consigna 21 agrupamientos industriales entre los cuales se encuentran tanto los parques industriales como los sectores industriales planificados.
Cómo ‘nace’ un parque industrial en el AMBA: el suelo y el ambiente
En el AMBA la radicación de un parque industrial está regida por normas provinciales y municipales. A nivel nacional, no existe legislación sobre el uso del suelo porque constitucionalmente es una competencia de las provincias. La falta de una ley nacional no tiene que ver con una omisión o falta de iniciativa, sino con el ordenamiento jurídico del país. Pero esta situación no invalida que existan iniciativas nacionales que incentivan o promueven los parques industriales, de manera directa o indirecta.
En la provincia de Buenos Aires rigen la Ley de Parques y Sectores Industriales (13744/07) y la ley de Radicación Industrial (11.459).
La Ley de Parques y Sectores Industriales tiene como autoridad de aplicación al Ministerio de la Producción, Ciencia y Tecnología. Los Parques Industriales son definidos por esta ley como una porción delimitada de la zona Industrial, diseñada y subdividida para la radicación de establecimientos manufactureros y de servicios. Por otro lado establece quiénes pueden solicitar la aprobación de un proyecto, la documentación que debe ser presentada, las condiciones de evaluación y autoridad de aplicación, las normas de la administración y las sanciones por infracciones a la ley. Por su parte, cada municipio, teniendo en cuenta la organización del territorio y la definición de la zonificación debe presentar un Informe de Factibilidad Municipal.
La ley de Radicación Industrial establece que la creación, ampliación y/o modificación de los Agrupamientos Industriales debe contar con un Certificado de Aptitud ambiental, que acredite la capacidad de la zona elegida para el perfil de las industrias que se instalarán. El Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) es la autoridad ambiental bonaerense competente que lleva adelante este proceso y evalúa la factibilidad de los proyectos.
Los agrupamientos industriales se pueden clasificar en tres categorías:
A) Zona Industrial:espacio reservado que suele ser creado por ordenanza municipal. Sus beneficios generalmente se vinculan con su situación respecto al transporte y del precio del terreno. En el AMBA no hay zonas industriales pero sí en el interior del país, por ejemplo en Córdoba (Zona Comercial e Industrial de La Laguna) en o La Pampa (Zona Agroindustrial Ataliva Roca).
B) Área Industrial o sector industrial planificado: terreno dividido en parcelas con miras a la instalación de industrias, dónde el objetivo es el aprovechamiento de economías de escala en la formación de infraestructura. Son impulsados principalmente desde la iniciativa pública y pueden implementarse desde la gestión oficial o combinada. De esta manera se fomenta el asociativismo empresarial y el apoyo a las pequeñas y medianas empresas. En el AMBA se encuentran ejemplos en Almirante Brown, Berazategui y General Rodriguez entre otros.
C) Parques industriales: espacio productivo común, diferenciado del tejido urbano. Cuentan con infraestructura y servicios compartidos, son gestionados en forma unitaria y están destinados en exclusividad al uso industrial. El objetivo de esta modalidad de gestión es la generación de economías de escala para ofertar espacios y servicios específicamente adaptados a las necesidades de las industrias. En el AMBA, hay parques industriales de este tipo en Pilar, Escobar, La Plata o Hurlingham.
Eduardo Gámbaro, presidente de la Federación Argentina de Parques Industriales (FAPI), en diálogo con el Informe Digital Metropolitano explicó que en la puesta en marcha de un parque industrial intervienen tanto el gobierno provincial como el local y, que en el caso de la FAPI, trabajan en permanente consulta con las cámaras empresariales locales. Gámbaro agregó además que “actualmente, a diferencia de otras épocas (como los 70’ u 80’), los parques surgen no sólo para atraer inversiones, sino para encontrar modos de producción asociativos que ayudan a mejorar la competitividad de la pequeña industria y permite lograr un mejor equilibrio entre producción, medio ambiente y distribución del espacio geográfico urbano”. Según el dirigente industrial, el proceso de expansión de los parques industriales registrado en la última década “por ahora no tiene techo”.
En la Argentina, entre 1960 y 1975 tuvo lugar una gran expansión industrial. En la Región Metropolitana de Buenos Aires, los parques industriales comenzaron a surgir a partir de los años setenta. En 1969 se inauguró el hoy denominado Centro Industrial Parque Oks (CIPO) en Campana, y en 1973, el Parque Industrial Pilar. Según coinciden varios autores, fue en la década del ’90 donde los parques industriales tuvieron su primera ola de auge por distintos motivos que conjugaron el interés de los municipios por potenciar el desarrollo local y la relocalización industrial, con el desarrollo inmobiliario. Las inversiones se orientaron en la zona norte del AMBA, y a partir de la recesión que comenzó en 1998 estos procesos se desaceleraron.
Como ya se mencionó, a partir de 2002 los parques tuvieron un nuevo impulso, a partir del fin de la convertibilidad y la devaluación. Según los autores Briano y Fritzsche[3], esta nueva etapa conjuga la inversión local con la extranjera, y los actores sociales protagonistas son el estado (nacional, provincial y local), los propietarios de la tierra, el capital industrial y los desarrolladores inmobiliarios. Al igual que en otros aspectos, estos últimos marcan mayormente el ritmo de la urbanización en la metrópolis.
Según los autores citados, en el AMBA el desarrollo de los parques industriales se relaciona más con exenciones impositivas o con la cercanía a las vías de circulación rápida, que con la oferta basada en nuevas formas organizativas de la producción. Sostienen que existe muy poca articulación entre las firmas y los actores locales y que la presencia de parques industriales parece expresar una intensa competencia intrametropolitana por atraer inversiones industriales. Si bien existe una gran diversidad de iniciativas municipales y privadas, no responden a una política industrial articulada en una escala mayor (provincial o nacional), es decir, en función de una planificación estratégica.
Además, afirman que la diferencia entre los parques industriales de la década del noventa y los actuales emprendimientos industriales, es que estos últimos se constituyen en una dinámica industrial y productiva relativamente espontánea, en el contexto de una reactivación económica, caracterizada por una sustitución de importaciones y exportaciones.
Las políticas públicas nacionales, provinciales y locales ¿suficientes? ¿Adecuadas?
El Programa Nacional para el Desarrollo de Parques Industriales Públicos en el Bicentenario creado en julio de 2010 tiene por objetivo contribuir al desarrollo de los Parques Industriales así como de las empresas radicadas. Todo Parque Industrial que quiera acceder a los beneficios deberá estar inscripto en el Registro Nacional de Parques Industriales (RENPI).
El Programa contempla el otorgamiento de Aportes No Reembolsables (ANR) a los Parques Industriales Públicos, para la realización de obras de infraestructura dentro del mismo parque. También contempla la realización, a través del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, de obras de infraestructura extramuros y el otorgamiento de créditos para las pequeñas y medianas empresas.
El ministro de la Producción, Ciencia y Tecnología de la Provincia de Buenos Aires firmó en 2013 un convenio de constitución de un fideicomiso financiero para dinamizar la creación de parques y sectores industriales públicos, privados o mixtos en territorio provincial. A través de este Fideicomiso -creado en el marco del Programa Parques Industriales Bonaerenses 2020-, el gobierno de Daniel Scioli pone a disposición de Municipios e inversores una herramienta de financiamiento que incrementa el apoyo crediticio y de servicios que ya vienen desarrollando el Ministerio y el Bapro para el sector.
Consultado acerca de estas iniciativas, Gambaro destacó la importancia de la articulación público-privada para que el fenómeno tenga el impulso necesario para favorecer este proceso de creación y desarrollo de tejidos productivos: “Desde la FAPI trabajamos en la promoción sobre la vinculación de los parques industriales con la unidad de desarrollo local del Ministerio de Industria de la Nación con el objetivo de concretar la inscripción al RENPI, paso inicial para poder acceder a los Aportes No Reembolsables (ANR)”.
Por su parte, Jorge Alonso, Gerente ejecutivo de la Cámara Empresaria del Parque Industrial Pilar, también en una charla con el Informe Digital Metropolitano, comentó que desde su punto de vista las leyes de orden industrial son pobres, inseguras e insuficientes, pero admitió que en los últimos 5 o 6 años se han realizado «ajustes» a las normativas de la provincia de Buenos Aires en materia de incentivo y promoción industrial. De esta manera, los Municipios tienen la posibilidad de adecuarse o adherirse a esos regímenes de promoción industrial de las provincias. Comenta que “en el caso del Municipio de Pilar, lo que viene ocurriendo hace al menos unos 4 a 5 años es que no sólo ha dejado de estar adherido al régimen de Promoción Industrial Provincial, entendemos que porque ya está satisfecho el Municipio con la cantidad de empresas que tiene, sino que además por medio de la Aplicación de incisos específicos en su Ordenanza Fiscal e Impositiva de actualización anual, han ido incorporando conceptos y tributos totalmente contrarios a los incentivos y beneficios, por ejemplo le cobra «X» dinero a la Industria que se instala en el partido de Pilar y si se instala dentro del Parque Industrial Pilar se le duplica el valor resultante a pagar, con un párrafo (inciso) que dictamina que corresponderá abonar un 100% más del valor en caso de que se instale dentro del Parque Industrial».
El logro de beneficios a largo plazo para un municipio, a partir de la localización de un parque industrial, depende de su capacidad de negociación. Por ejemplo en el municipio de Malvinas Argentinas, se llevó a cabo un convenio urbanístico con los gerenciadores del parque para incluir operaciones urbanas financiadas por el propio sector industrial. De esta manera, la industria fue eximida del pago de parte de las tasas municipales, y el Municipio se reservó el derecho de cobrar impuestos por mejoras a los frentistas beneficiados por las obras que se realizaran. El sector industrial recuperó rápidamente la inversión, obtuvo una buena localización y, a su vez, contribuyó con mejoras urbanas a su entorno.
En el Parque industrial La Cantábrica (Municipio de Morón) se llevó adelante la recuperación productiva de un conjunto edilicio a partir de la negociación público-privada. En 1997 la Unión Industrial del Oeste, la Municipalidad de Morón y el gobierno provincial aunaron esfuerzos para crear un ente tripartito encargado de administrar y gestionar el Parque. Su carácter es mixto. Por otro lado, la Universidad de Morón (privada), la Universidad Tecnológica Nacional y la Regional Haedo (pública), colaboraron en la realización de estudios de impacto ambiental, así como en la evaluación de la infraestructura y los servicios del parque. En Julio de este año, el Honorable Concejo Deliberante convalidó el Convenio Marco de Ampliación del Parque Industrial La Cantábrica II, dicho convenio contempla la cesión de la porción de un terreno perteneciente al Estado Nacional para la instalación del emprendimiento.
En enero de 2011, el Honorable Concejo Deliberante de Moreno aprobó el desarrollo del futuro Parque Industrial. Durante la sesión, la mayoría de los ediles destacaron la importancia de este proyecto por posibilitar que Moreno deje de ser una “ciudad dormitorio” y desarrollar puestos de de trabajo para los vecinos. Mediante un expediente, se aprobó la conformación de un fideicomiso entre Bapro Mandatos y Negocios S.A y el Municipio de Moreno que permitió desarrollar y construir la infraestructura y logística de los Sectores Industriales Planificados I y II del Parque Industrial. En el Plan de Gobierno de 2014, dentro de los objetivos del programa de parques industriales, se incluye entre otros la finalización de los estudios en curso para la obtención del Decreto Provincial de Parque Industrial de Moreno I y II, en articulación con el Fideicomiso Parques Industriales de Moreno y la búsqueda y acuerdos de financiamiento Nacional, Provincial y privado para la realización de las Obras de Infraestructura.
En La Plata, el parque industrial surgió en 1995 a partir de una iniciativa municipal y fue aprobado por el gobierno provincial en 1997. La Municipalidad implementó este proyecto en una parcela rural donada por el gobierno provincial. Se creó un ente autárquico -el Instituto de Desarrollo de Parques Industriales (IDPI)- que aprobó el proyecto y se disolvió en 1998, cuando se vendieron todos los lotes, constituyéndose así un consorcio integrado por las empresas propietarias, el cual quedó a cargo de la administración. La Subsecretaría de Desarrollo de Parques Industriales de la Municipalidad de La Plata, que llevó adelante el proyecto elaborado por la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), Regional La Plata, es la que gestiona y administra la compra y venta de lotes, con lo cual se busca limitar la especulación inmobiliaria.
Tres casos: Pilar, General Rodríguez y Almirante Brown
Los Parques Industriales pueden ser la vía para obtener grandes ventajas económicas y lograr eficiencia y competitividad. Sin embargo, la mera instalación de Parques Industriales no significa necesariamente la creación de empleo o de desarrollo local. Y este es el punto donde entran en juego la gestión y la articulación entre los diferentes actores, tanto a la hora de la planificación como para la regulación y gestión. En función de quien propicie la iniciativa, se clasifican en oficiales (por ejemplo el Sector Planificado General Rodriguez), privados (Parque Industrial Pilar) o mixtos (Sector Planificado Almirante Brown).
El Sector Industrial Planificado de Almirante Brown (SIPAB)es uno de los polos productivos más interesantes del Sur del Conurbano Bonaerense, ya que entre 2008 y 2012 creció un 200%. Fue aprobado por el Gobierno Provincial en 1993 y ofrece como ventaja su cercanía a puntos importantes como el Puerto de Buenos Aires, el aeroparque Jorge Newbery y el aeropuerto de Ezeiza. Es administrado por una Comisión de industriales, elegidos por una asamblea de socios, cuya tarea ad-honorem consiste, en administrar las “expensas” para el mantenimiento y mejoramiento de las áreas comunes, resolver divergencias entre propietarios, y hacer cumplir las normativas correspondientes. A su vez está integrada por representantes municipales que designa el Intendente, que colaboran en el quehacer diario en pos de la mejor tramitación de asuntos municipales. Es decir, su gestión es mixta, la comisión está conformada por 3 representantes de empresas y 3 del Municipio. De acuerdo a la información pública validada por Walter Sipag, actual presidente de la Administración, la comisión cuenta con una agenda de necesidades conjunta que revisan mensualmente.
En el caso del Sector industrial Planificado General Rodríguez el organismo de promoción y gestión es la Municipalidad. Ribera Desarrollos fue la empresa que realizó la inversión y puesta en marcha del polo industrial. En octubre de 2013 el Gobernador entregó en persona al Intendente el Decreto de convalidación de la Zona Industrial, que permite el funcionamiento del parque. El crecimiento industrial de la ciudad está relacionado principalmente con la estratégica ubicación de General Rodríguez dentro de la provincia de Bs. As., emplazada en la intersección de dos de los corredores viales más importantes de la provincia, el Acceso Oeste y la Ruta del Mercosur, al mismo tiempo sirve de nexo con la ruta 14, vía de ingreso al sur de Brasil. En Julio de este mismo año, Cristina Fernández de Kirchner estuvo presente en la inauguración de la planta de Yamaha.
En Pilar se creó uno de los primeros Parques Industriales del área metropolitana. Fue fundado en 1973 por Lago Verde S.A., firma presidida por el empresario Meyer Oks. Los 200 propietarios de las empresas que lo conforman integran un Consorcio de Propietarios, cuya máxima autoridad es la Asamblea de Propietarios, la cual designa a los 5 miembros de un Concejo de Administración que coordina y supervisa la tarea de la Administración, representa legalmente al Consorcio y ejecuta todas las inversiones de mantenimiento y mejora de la Infraestructura que los Copropietarios deciden realizar y financiar. Esta empresa realiza una exitosa operación inmobiliaria que le permitió alcanzar en el año 2005 la venta del último de los lotes remanentes.
[1] Provincia de Buenos Aires, (2007): Lineamientos estratégicos para la Región Metropolitana de Buenos Aires. Dirección Provincial de Ordenamiento Urbano y Territorial. Subsecretaría de Urbanismo y Vivienda. Ministerio de Infraestructura, Vivienda y Servicios Públicos. La Plata. Coord.: Alfredo Garay. P 61,62.
[2] Auge de parques industriales: Ya hay 7.700 fábricas pymes radicadas en espacios industriales organizados. (Noviembre de 2013). La Nación. Suplemento Pyme. Espacio Publicitario número 4. Recuperado de http://www.redcame.org.ar/adjuntos/Suple_pymes_Noviembre2013.pdf
[3]Briano, L.; Fritzsche, F. (2007). Transformaciones industriales en el borde metropolitano de Buenos Aires. Pilar como distrito representativo. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. vol. XI, núm. 245 (45). Recuperado de:http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-24545.htm