Por Mora Arauz, Fundación Ciudad[1]
En esta edición del Foro Metropolitano, que es una tradición de diálogo, quiero empezar mi intervención con una cita de Jorge Luis Borges cuando define el diálogo: “Unos 500 años antes de la era cristiana, se dio en la magna Grecia la mejor cosa que registra la historia universal, el descubrimiento del diálogo. La fe, la certidumbre, los dogmas, los anatemas, las plegarias, las prohibiciones, las órdenes, los tabúes, las tiranías, la guerra y las glorias abrumaban al orbe. Algunos griegos contrajeron (nunca sabremos cómo) la singular costumbre de conversar. Dudaron, persuadieron, disintieron, cambiaron de opinión, aplazaron. Sin esos pocos griegos conversadores la cultura occidental es inconcebible” y terminaba esa introducción en el prólogo de un libro de diálogos con Ferrer: “… remoto en el espacio y en el tiempo este volumen es un eco apagado de estas charlas antiguas”. Yo aspiro a que el X Foro Metropolitano sea un eco vibrante de esas antiguas conversaciones y lo lleve al plano político.
Los residuos sólidos urbanos requieren una gestión integral, que incluya todas sus etapas tomadas sistémicamente. Sabemos que se han hecho adelantos en algunas jurisdicciones. La Ciudad de Buenos Aires ha reducido fuertemente su envío al CEAMSE a partir del tratamiento de los residuos áridos, pero aún le queda una cuota muy importante de residuos orgánicos que es muy difícil de achicar. La composición de nuestros residuos es peculiar, por el alto porcentaje de húmedos y no es posible trasladar sin más recetas extranjeras. No se pueden implementar los mecanismos de algunas jurisdicciones europeas o de Estados Unidos en las que, por ejemplo, se utilizan trituradores para los alimentos que luego ingresan a las cañerías. Me imagino los atascos que le podría producir este sistema a AySA.
La Ciudad no es la limitada por la jurisdicción, es la Ciudad grande, al menos hasta la Ruta 6, es la Región Metropolitana, Todos los flujos que entran y salen son metropolitanos. No podemos pensar ni las cloacas, ni los residuos dentro de un terreno limitado.
El tema cultural también es sumamente importante, pero los cambios culturales llevan mucho tiempo. La comunidad europea viene trabajando estos temas, sin descanso y con coherencia, hace 30 o 40 años. Sentimos que hay problemas que son de pasado mañana, por no decir de antes de ayer.
En 2010 la Fundación Ciudad planteó en este mismo ámbito, en el Centro Argentino de Ingenieros, un diálogo sobre la disposición final. Entre junio y noviembre de 2011 integramos una mesa multisectorial en la SAyDS de la Nación, que llegó a algunos acuerdos, pero que fue desconvocada al arribarse al tema de la disposición final. El tema resulta sistemáticamente evitado.
En este punto quiero hacer una referencia a la utopía. Para la basura necesitamos un topos, un lugar, no podemos partir de una utopía como basura cero. Hay basura que tenemos que separar, que recolectar, que recuperar, que tratar y también que disponer. La Gestión Integral de los RSU debe ser planificada desde el conocimiento y conocimiento hay mucho en la Argentina.
Hoy se nos presenta un dilema, esto es una situación que requiere una opción entre alternativas igualmente indeseables. Los miembros de un dilema pueden ser más de dos. Hay trilemas, cuadrilemas, polilemas. ¿Cuáles son los miembros de nuestro polilema?
Ley 1854; Código de Planeamiento de la CABA; Ley 2930; Compromiso 12/12/12 con la PBA; Efecto NIMBY…
Si, aspirando a cumplir con los términos del Acuerdo con la PBA para no enviarles más residuos, apostamos a la incineración, incumplimos con la Ley 1854. También incumplimos con el Código de Planeamiento que no tiene Uso Conforme para la Incineración en el ámbito de la CABA.
Si aspiramos a cumplir con el Art. 34 de la Ley 1854 que dice que “los RSU que no puedan ser tratados por las tecnologías disponibles deben ser destinados a un sitio de disposición final que determine la autoridad competente, denominado relleno sanitario” incumplimos el acuerdo con la PBA, ya que resulta impensable un relleno sanitario en la jurisdicción de la CABA.
Si planeamos construir un relleno sanitario sobre tierras ganadas al río, frente a la CABA, incumplimos con la Ley 2930 de Plan Urbano Ambiental que en el Art. 9, Inc. 6 e dice Preservar el perfil o silueta costera de los rellenos existentes.
En materia de acuerdo social, el efecto NIMBY que generó el rechazo de los rellenos sanitarios aún fuera del tercer cordón, será sustituido por el efecto NIMBY de las Plantas de Tratamiento y aún más de incineración en el ejido urbano.
Las negociaciones políticas con otras jurisdicciones son difíciles. Los acuerdos políticos dentro de la misma jurisdicción también los son. Es difícil negociar con la provincia, también lo es negociar con diputados para la modificación del Código de Planeamiento y el aumento del presupuesto, ya que posiblemente nuevas tecnologías supondrán mayores costos. También deberíamos negociar en la Legislatura si aspirásemos a modificar los plazos de la Ley 1854.
Los dilemas se pueden superar alegando que existen otras alternativas o demostrando que alguna de las alternativas realmente no conduce a la conclusión negativa. Se pueden abordar encarándolos como un problema, es decir una situación cuya respuesta desconocida debe obtenerse a través de métodos científicos.
Pero hay problemas perversos y problemas mansos como los que plantean las matemáticas o el ajedrez. Los problemas perversos se caracterizan porque se arrastran sin solución durante mucho tiempo y los distintos actores tienen visiones diferentes. Las respuestas a los problemas perversos no son verdadera/falsa, sino mejores, peores o bastante buenas.
Estamos ante un problema perverso que requiere respuestas creativas y esfuerzos grupales. No es tan importante lograr la mejor respuesta como hacer que los actores acepten la respuesta que emerja.
Proponemos entonces la búsqueda de consenso, terreno común o acuerdos básicos, aún a sabiendas de que el consenso total no es viable en una sociedad compleja con múltiples intereses y visiones. Proponemos que ese consenso se logre sobre propuestas sólidas, técnicamente viables, realistas, desde la base que brinda el conocimiento.
Existen principios básicos compartidos que no son otros que los de Estocolmo o la Comunidad Europea y que han sido plasmados en:
- Ley Nacional 25.916/2004 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental para la Gestión Integral de Residuos Domiciliarios
- Ley Provincial 13.592/2006 de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos
- Ley 1.854 de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (Ley Basura Cero) y Decreto 639/7 Reglamentario, de la Ciudad de Buenos Aires.
- Decreto 760/8 de la CBA que establece que los responsables de la puesta en el mercado de productos que con su uso se conviertan en residuos deben realizar una contribución periódica al sistema público de gestión de residuos.
Las normas, nacional, provincial y de la CBA, se rigen por el concepto de Gestión Integral de Residuos, que es también la piedra fundamental de la Estrategia Nacional de Gestión de RSU de septiembre de 2005.
Ante semejantes coincidencias el camino es el diálogo. Diálogo a nivel nacional para lograr la sanción de leyes esenciales: Ley de Envases, de residuos electrónicos… Diálogo con la Provincia de Buenos Aires ya que el problema de los RSU no es exclusivo de la ciudad capital. Diálogo con los municipios de la Región Metropolitana, porque la Ciudad es metropolitana. Sus flujos son metropolitanos, sus problemas son metropolitanos y las soluciones no pueden no serlo.
El problema de los RSU es un problema de la Región Metropolitana. Avellaneda, Lanús, Vicente López no tienen, al igual que la CABA, sitios para el tratamiento y la disposición final. Otros municipios, que podrían contar con espacio, no tienen recursos. Se debe sustraer el tema de las disputas partidarias, acordar sitios, procedimientos, tecnologías y tiempos cumplibles. Ninguna tecnología estará funcionando en los plazos acordados con la Provincia. Se deben acordar salvaguardas para el cuidado ambiental y el monitoreo social y compensaciones para los receptores de las plantas.
La CABA debe asumir su rol en la Ciudad Metropolitana y, sin apartarse del principio de minimización progresiva de residuos a disponer, vía reducción en la generación, responsabilidad de los generadores, separación en origen, recolección diferenciada, recuperación y reciclado, dar pasos concretos hacia la gestión integral de los RSU de la ciudad real. Por todo lo antedicho recomendamos al PE de la CABA el pronto inicio de negociaciones con la PBA para que, aprovechando la experiencia de la CEAMSE, se acuerden plazos, procedimientos y modelos de gestión que valoricen la economía de escala y la coordinación regional.
[1] Presentación realizada por Mora Arauz en el segmento dedicado a residuos del X Foro Metropolitano “Construyendo elecciones para la gran Buenos Aires”, que tuvo lugar los días 9 y 10 de octubre 2013.