La deuda social Argentina - Informe Digital Metropolitano

La deuda social Argentina

UCAEl Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina presentó el 11 de agosto el informe “Barómetro de la Deuda Social Argentina. Serie del Bicentenario (2010-2016) / Año VI. Tiempo de balance: deudas sociales pendientes al final del Bicentenario. Necesidad de atender las demandas del desarrollo humano con mayor equidad e inclusión social”.

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La apertura estuvo a cargo de Mons. Dr. Víctor M. Fernández, Rector de la UCA quién declaró “No nos gusta reducir nuestro trabajo a dar un número que aparece en la tapa de un diario. Hemos querido avanzar en una propuesta con una mirada más rica y multidimensional, que tenga en cuenta la complejidad real del tema. Lamentablemente esto no siempre se ve reflejado en el modo como se difunde nuestro informe”.

Fernández continuó: “Hemos insistido en que la deuda social es una deuda de toda la sociedad. Sin embargo, no proponemos la ausencia de intervención del Estado en materia de derecho social, como si los mecanismos de la economía, dejados en libertad, pudieran por sí solos resolver todos los problemas. No es eso lo que nosotros creemos. En esa línea recordamos la palabra del Papa Francisco: “Este desequilibrio proviene de la defensa de una autonomía absoluta de los mercados, de la especulación financiera, negando el derecho al control de los Estados encargados de velar por el bien común”.

UCA 2Finalmente, el Rector concluyó “Para hacer justicia, hay que decir que el Papa ha lamentado las ayudas y planes sociales que se prolongan en el tiempo. Ha insistido en que deben ser algo transitorio porque el gran objetivo es dar trabajo, que cada persona pueda vivir dignamente gracias al pleno empleo. Hay programas de transferencia de ingresos que han permitido que las crisis se sintieran menos en los hogares más pobres, pero siempre esperamos otro tipo de políticas a mediano y largo plazo que generen empleo. La tasa de pobreza podrá ser unos puntos más o menos, pero sabemos que hay millones de pobres a los que no llegamos ni vamos a poder llegar solamente con planes sociales. Hablamos de un empleo genuino, que requiere pensar en un tipo determinado de inversiones que generen empleo de calidad. Es decir, una intervención del Estado no meramente distribucionista sino que favorezca, de manera más directa, la creación de empleo. No es ni neoliberalismo duro, ni populismo distribucionista, es posibilidades para todos”.

El Informe: la metodología y los resultados 

La presentación del Informe estuvo a cargo del Director de Investigación del Programa Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, Agustín Salvia quien dijo “Desde nuestra perspectiva, la falta de estadísticas sociales confiables durante esta última etapa, del 2007 o 2008 en adelante, privo al campo académico de información valiosa para hacer estudios y diagnósticos. Pero mucho más importante, privó a los actores sociales más vulnerables de tener elementos de juicio para poder reclamar sus derechos. Implicó postergar el debate público acerca de los problemas estructurales que atraviesa la sociedad y buscar las soluciones estratégicas a estas deudas sociales. Es tiempo de recuperar las estadísticas públicas y de poner a las investigaciones académicas al servicio de estos diagnósticos, del diseño de mejoras políticas y de la necesidad de que esas políticas sean sometidas a monitoreo y evaluación permanente”.

UCA LIBLa perspectiva del Informe incorpora a la medición de la pobreza la dimensión de los derechos. Contempla no sólo la capacidad monetaria sino también el cumplimiento efectivo de un conjunto específico de derechos sociales. Parte de la premisa de que toda persona deber contar con una serie de garantías indispensables para su dignidad y plena integración social, que al ser adoptadas por el marco jurídico nacional o internacional, deben ser garantizados por los Estados.

En ese marco metodológico de medir la pobreza de forma multidimensional, el Informe analiza 6 derechos sociales:

– Alimentación adecuada: expresa la reducción involuntaria de la porción de comida y/o la percepción frecuente de experiencias de hambre por problemas económicos durante los últimos 12 meses.

–  Cobertura de salud: abarca las personas sin cobertura de salud y quienes redujeron los gastos tanto en atención médica como en medicamentos por motivos económicos.

– Acceso a servicios básicos: se identifica la situación de carencia cuando existe déficit en el servicio sanitario o ausencia de conexión a la red de agua corriente.

– Vivienda digna: se evalúa el tipo y los materiales que constituyen la vivienda para identificarla (o no) cómo precaria. Y por otro lado, el espacio de la vivienda para identificar las condiciones de hacinamiento.

– Accesos educativos: se define como carencia en esta dimensión la presencia en el hogar de niños o adolescentes sin asistencia escolar y que no han terminado el secundario, o bien que ninguno de los componentes adultos del hogar haya alcanzado un nivel mínimo de credenciales educativas.

– Empleo y seguridad social: se considera como carencia la situación en la que un hogar no cuenta, en ninguno de sus componentes, con la presencia de un empleo con aportes a la seguridad social ni con jubilación o pensión contributiva.

Salvia continuó su exposición presentando algunos resultados del Informe, “Estos 6 indicadores evolucionaron en el periodo 2010-2015, casi todos ellos mostraron reducción, es decir pequeñas pero significativas mejoras. La otra parte de la mirada que tenemos que hacer como punto de balance es que tenemos 4,4 millones de personas viviendo en hogares en donde hay riesgo a padecer hambre. Casi 8 millones que viven en hogares afectados por la desprotección del sistema de salud. 5,6 millones que viven en hogares en donde están no hay algunos de los servicios básicos. 7,2 millones que viven en viviendas indignas. 7,4 millones que no están escolarizados o retrasados en la escolaridad. 9,5 millones de personas que viven sin afiliación a la seguridad social o a un empleo decente. Este es el punto de partida de un nuevo ciclo político económico”.

La Encuesta de la Deuda Social Argentina del Bicentenario 2010-2016 tiene un diseño muestral probabilístico de tipo polietápico, estratificado y con selección aleatoria de viviendas, hogares y población (5700 hogares). La metodología es a través de una encuesta a 5700 hogares desde el año 2010, entre 14 y 15 mil entrevistados en todo el país. El universo geográfico representado son 20 aglomerados urbanos con más de 20 mil habitantes, grandes y medianos centros urbanos.

UCA SSobre la metodología Salvia explicó “Quiero presentar dos modos de abordar el problema que se presentan en el informe. Las medidas unidimensionales, que constituyen un recurso metodológico necesario, plausible, factible de realizar, pero cada vez más débil para evaluar las privaciones sociales que operan en una sociedad. Como alternativa impulsamos y promovemos llevar medidas alternativas que permitan evaluar la pobreza y la desigualdad a partir de parámetros de derechos económicos y sociales. Y ver el modo en que los recursos, las oportunidades y capacidades de desarrollo humano se distribuyen en términos económicos y sociales al interior de la estructura social, siguiendo para eso una mirada multidimensional”.

Sobre el presente y para el futuro

Salvia también se refirió al nuevo ciclo político “No podíamos no decir nada sobre una Argentina que devaluaba, que cambiaba sus reglas macroeconómicas, que seguramente tenían que ser modificadas, porque ya estaba agotada cierta capacidad para poder promover una nueva ola de crecimiento con desarrollo de las capacidades de integración humana y social”.

“La situación social actual sabemos que es particularmente difícil y compleja, pero superable como lo es toda crisis. El problema es como abordamos el problema de cómo y quiénes deben pagar los costos de esta crisis”.

Siguió el Director de Investigación del Programa Observatorio de la Deuda Social Argentina “En diciembre se tomaron medidas económicas y los precios siguieron creciendo, antes, durante y después de la devaluación, con mucha impunidad y con poca responsabilidad por parte del sector empresario. En esa lógica hicimos las proyecciones con nuestros micro datos, para modificarles el valor de la canasta, y también teniendo en cuenta que hacia fines de marzo y principios de abril hubieron medidas como la reducción del mínimo no imponible, la ampliación del salario familiar, aumentos por ley de las jubilaciones mínimas y de las pensiones no contributivas, y de la AUH. Bueno, compensamos, mostramos que ocurría con condiciones que se deterioraban en el campo del consumo en términos de los sistemas de precios y que ocurría cuando compensábamos de alguna manera a los hogares que sabíamos que tenían esos beneficios justamente le atribuíamos ciertos ingresos, una proyección, una estimación, un piso a partir del cual evaluar que estaba ocurriendo y quienes eran los sectores que estaban sufriendo estos procesos de transformación, o de ajuste o de cambio o de actualización o normalización. Póngale cada uno el nombre que quiera”.

UCA 3“En esta lógica, para el primer trimestre del 2016, aumentó la indigencia de 5,3 al 6,2% para la encuesta de la Deuda Social Argentina, más de 400 mil personas se sumaron a la indigencia. No se profundizó la indigencia, sino que entraron más indigentes. No se profundizo porque los programas sociales constituyeron un buen cinturón de seguridad. La pobreza también tuvo un incremento importante. A fines del primer trimestre de este año se suman 1,4 millones de personas a la pobreza. No consideramos las tarifas sociales, la reducción del IVA, ni el aumento de las tarifas, ni los aumentos paritarios, ni tampoco el hecho de que la inflación haya continuado durante los últimos meses. No sabemos la situación actual. Los sectores del conurbano bonaerense son los que más sufrieron este proceso”.

Por último Salvia se refirió a cómo superar los problemas de pobreza en el futuro “Interpelamos a la política, es el Estado, son los actores políticos quienes tienen un papel predominante para conducirnos hacia una salida de la pobreza estructural. Nuestra tesis teórica es que existen barreras estructurales que impiden la inclusión de los núcleos duros de marginalidad, que ese 25-30% de la sociedad que está en una situación de postergación estructural, más allá de la política económica, de que el ingreso en algún momento lo saque de la pobreza en otro lo vuelva a poner, no tiene capacidades para tener una inclusión socioeconómica cultural sustentable. Esa persistencia en este núcleo duro, a pesar de los ciclos de bonanza y las políticas de seguridad social habla de las reglas estructurales. Tanto la desigualdad persistente como la pobreza estructural son, desde nuestra perspectiva, una función de un modelo político económico no integrador. Y no hablo del modelo de los últimos años, ni del nuevo modelo. Hablo de la falta de un modelo de política económica capaz de integrar, y producir efectos de eficiencia y de inclusión”.

Y concluyó “Las prestaciones de la seguridad social y los programas de transferencia de ingresos son imprescindibles para no profundizar la brecha de pobreza de sectores vulnerables de la población, pero no permiten resolver las desigualdades estructurales. Una disminución significativa de los niveles de pobreza sólo tendrá lugar por el efecto conjunto de la caída de la inflación, la recuperación del crecimiento, la mejora del escenario laboral y el incremento de la inversión social equitativamente distribuida. En ningún caso cabe esperar un derrame social sin un modelo que integre subsidiariamente al sistema socio-productivo moderno y eleve la productividad de los sectores informales, protegiendo a su vez los derechos de los trabajadores. Sin esto, cualquier mejora económica será parcial o poco sustentable”.

Los comentarios sobre el Informe

UCA ADaniel Arroyo, ex Ministro de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires declaró “Hoy Argentina tiene 3,5 millones de familias bajo cobertura de políticas sociales. Si en ese contexto tenemos más del 32% de pobreza, de 40% de informalidad laboral y más de 1 millón de jóvenes que no estudian ni trabajan, quiere decir que hay un problema de funcionamiento de la economía y de articulación entre lo económico y lo social. Está claro que desde la democracia hasta ahora hubo un intento de construir un sistema de protección social en Argentina. Entonces llegó el momento de repensar la relación entre lo político y lo social, y de pensar si la política social tiene que meterse con temas que hasta acá no se ha metido. Tenemos que construir paradigmas e ideas nuevos”.

Arroyo destaco algunas cuestiones de importancia en el informe:

“En cuanto a la inseguridad alimentaria, tenemos 4,4 millones de personas que viven en hogares que tienen riesgo de hambre. El Estado no sabe entrar en las casas de las personas, tenemos que entrar a las casas, crear una red de acompañamiento”.

“Otra cuestión a abordar es el sobre endeudamiento. El sector financiero es parte del problema y genera pobreza en la Argentina. Si el que tiene trabajo formal cuando paga el mínimo de tarjeta de crédito paga el 60% de interés anual ¿Qué le queda al que va al prestamista del barrio? Es claro que el sistema de crédito es generador de pobreza en Argentina”.

“Otra dimensión valiosa es la que hace a la calidad del empleo y al sistema de seguridad social. Ha sido muy claro el informe sobre la invisibilidad del sector informal. Este sector está sobre endeudado y es el que hoy está peor porque vive de changas. No sólo las cosas le salen más caras sino que trabaja menos horas. Ese sector informal invisible es del 35%”.

Arroyo cerró su exposición declarando “No hay que desarmar lo que está hecho, hay que pensar hacia una segunda etapa. Repensar el rol del Estado y del Mercado. Coincido absolutamente con la idea de que nadie debería creer en el derrame y que no hay derrame y creación de empleo por ese lado, pero no por una cuestión ideológica, por una cuestión práctica. Lo que genera actividad económica en Argentina (el sector financiero, la minería, la soja) no es lo que genera trabajo. El trabajo, para los sectores más pobres está en la construcción, el textil, el metal mecánico, el turismo, el comercio. Sin Estado no hay empleo, no hay red para meterse en la cadena de comercialización. No quiere decir que todo lo tenga que hacer el Estado. Pero es evidente que no es el derrame lo que va a acomodar la estructura social Argentina”.

Luego fue el turno de José Nun, ex Secretario de Cultura de la Nación quien declaró “En la mayoría de los países europeos, la pobreza se mide sacando la mediana de la distribución nacional del ingreso, a los que quedan en la parte inferior de la mediana se les aplica una nueva mediana, y los que quedan por debajo son considerados pobres. Es decir, la pobreza se mide en relación a los que están por encima, se conecta el término pobreza con la cuestión de la desigualdad. Hay que evitar que la pobreza invisibilice la desigualdad. Evitar que el centro de la cuestión sean los pobres en estudios financiados por ricos de buen corazón, pero que quedan a salvo de todo escrutinio”.

Y continuó “Efectivamente se nota que algo de la teoría del derrame está en acción, porque permanentemente oímos hablar de que van a llegar las grandes inversiones y que supuestamente el blanqueo va a promover que lleguen estas inversiones que van a derramar en puestos de trabajo”.

NUNNun terminó sus comentarios realizando un análisis más profundo de la situación “En América Latina, en la década del 60, había grandes excedentes de población que no eran funcionales para el sistema dominante de producción capitalista. El problema con un elemento no funcional es que puede ser afuncional o disfuncional. Entonces, el gran esfuerzo político ha consistido en afuncionalizar los excedentes de población para que no alteren la paz social. Desde este punto de vista, yo vería lo que está pasando hace muchos años con las políticas sociales en Argentina, hay un acostumbramiento, una normalización de la marginalidad. No pueden resolver el problema más allá de estas políticas sociales porque para hacerlo se tendrían que meter con los de arriba. Habría que hacer una redistribución del ingreso fundamentalmente a través de una matriz impositiva. Estamos con la matriz impositiva que le impuso al país Martínez de Hoz, tenemos un sistema impositivo regresivo, es fundamental su reforma. Es difícil su reforma, porque los diputados duran 4 años en su mandato y los frutos de estas reformas tardan más de 4 años en verse. Entonces nadie quiere meterse en un lio tan grande”.

Sobre el Observatorio de la Deuda Social Argentina

El Observatorio de la Deuda Social Argentina constituye un programa de investigación, extensión y formación de recursos humanos de la Pontificia Universidad Católica Argentina instituido en el año 2002. El programa reúne proyectos de investigación que cuentan con el apoyo de entidades públicas y privadas, nacionales e internacionales, que promueven el desarrollo social.

Su objetivo principal es estudiar, evaluar y monitorear el estado del desarrollo humano y social en la Argentina a partir de parámetros normativos nacionales e internacionales, considerando que el incumplimiento de tales normas constituye una medida de la «Deuda Social». El equipo multidisciplinario cuenta con investigadores y becarios que llevan adelante el estudio integral de la realidad social urbana medida en términos de logros y déficit de desarrollo humano e integración social.

Estos estudios tienen como finalidad avanzar en el conocimiento y promover el debate público sobre los alcances de la pobreza, la marginalidad, la desintegración social y la desigualdad económica; así como de causas y alternativas de intervención, favoreciendo el desarrollo de políticas y acciones orientadas a superar tales problemas favoreciendo a los sectores más vulnerables de la sociedad.