Argentina se une al BRICS: ¿Qué es y cómo nos influye? - Informe Digital Metropolitano

Argentina se une al BRICS: ¿Qué es y cómo nos influye?

Por Valentín Rojas Lovecchio

El pasado 25 de agosto, el Presidente de la Nación, Alberto Fernandez, anunció el ingreso de Argentina al grupo BRICS. Nuestro país dio un paso importante en su geopolítica y economía e ingresará junto a Irán, Arabia Saudita, Etiopía, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos, al bloque conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

Los nuevos miembros ingresarán el 1 de enero de 2024, dijo el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, en rueda de prensa junto a líderes y representantes de los BRICS durante una cumbre en la ciudad de Johannesburgo.

¿Qué es el grupo BRICS?

BRICS, un acrónimo que agrupa a las naciones de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, las 5 economías emergentes que, en la década de los 2000, eran las más prometedoras del mundo y que configuran una alianza económica cuyo objetivo es la amplificación de las capacidades individuales de sus miembros. Este cometido se logra mediante el respaldo financiero a proyectos específicos y otras medidas colaborativas.

Además, en el presente, el grupo impulsa un modelo de desarrollo con políticas para eliminar la hambruna y la pobreza a nivel global antes del año 2030. Este enfoque se fundamenta en la cooperación Sur-Sur y en el fortalecimiento de las relaciones entre naciones con economías complementarias y objetivos equiparables en los ámbitos económicos, políticos y sociales.

En su totalidad, esta alianza representa el 22% de la extensión territorial terrestre, el 42% de la población mundial, el 24% del Producto Interno Bruto mundial y contribuye con el 16% de las exportaciones y el 15% de las importaciones internacionales de bienes y servicios.

En la actualidad, los BRICS emergen como un epicentro de influencia a escala global, con dimensiones en constante expansión. Los impactos políticos y económicos de esta entidad se intensificarán en las próximas décadas a medida que se consolide una nueva dinámica geopolítica multipolar, destinada a equilibrar el poder unipolar que en la actualidad ostenta Estados Unidos.

Uno de sus logros más importantes fue la reforma del sistema de cuotas del Fondo Monetario Internacional, que llegó a incluir, por primera vez, a Brasil, Rusia, India y China entre los diez mayores accionistas.

En el contexto actual, la fortaleza de esta alianza radica en la sociedad entre China, la principal potencia comercial global, y Rusia, un proveedor fundamental de energía. A la vez, India ha emergido como una potencia económica al exportar recursos naturales y productos agrícolas, mientras que Brasil se consolida a nivel mundial como un actor clave en la producción agroalimentaria. Sudáfrica también desempeña un rol vital, siendo un proveedor crucial de metales y minerales.

Además de las reuniones presidenciales, los BRICS coordinan alrededor de 100 encuentros anuales mediante su presidencia rotativa. Estos eventos incluyen aproximadamente 15 reuniones ministeriales y numerosas sesiones técnicas que abarcan temas como tecnología, cultura, educación y deportes.

A pesar de que algunos miembros de este bloque han experimentado una disminución en su influencia económica a nivel global y no han mantenido el mismo ritmo de crecimiento económico que China e India, el conjunto de los BRICS se ha posicionado como un actor financiero global. Su intención es establecer una nueva estructura financiera internacional que respalde a las naciones en desarrollo.

BRICS y G7

En la Cumbre de Fortaleza en 2014, ubicada en Brasil, surgió un logro significativo para el grupo: el establecimiento del Nuevo Banco de Desarrollo (BND). Este banco suele asignar sus préstamos a proyectos que financian infraestructuras y fuentes de energía renovable en los países miembros de los BRICS. En el mismo evento, se firmó el Acuerdo de Reserva Contingente, un mecanismo de estabilidad financiera diseñado para respaldar a los países que enfrentan crisis en sus balanzas de pagos.

No obstante, la trascendencia de esta asociación radica principalmente en su relevancia geopolítica, especialmente en un contexto de multipolaridad global. Occidente ya no ostenta el único centro de influencia en política, comercio y finanzas. Rusia exhibe su capacidad militar. Brasil mantiene su estatus como una potencia en América, y Sudáfrica destaca como la nación más desarrollada en su continente. Por su parte, China compite directamente con Estados Unidos en términos de inversiones y mercados en diferentes regiones.

Por último, la participación de los BRICS en el PBI mundial alcanzó el 31,6% (calculado a paridad de poder adquisitivo), superando a las economías del G7, que representan el 29,9%. Sin embargo, en términos nominales, el G7 aún constituye el 45% del PIB mundial, a diferencia del 70% que solía representar en la década de los noventa.

¿Cómo nacieron los BRICS?

A comienzos del 2001, Jim O’Neil, en ese entonces director del grupo de inversiones Goldman Sachs, presentó en un ensayo titulado «Building Better Global Economic» su argumento sobre el vasto potencial económico de Brasil, Rusia, India y China. Según su visión, hacia el año 2050, estos países, conocidos como BRIC, podrían ascender para convertirse en las principales potencias económicas mundiales, por su gran población, extensión territorial, recursos naturales, altísimos crecimientos de PIB, desafiando el dominio de las economías del G7 que incluye a Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá.

O’Neil jugó con las letras del acrónimo BRIC y el término inglés «brick» que significa ladrillo en español, para conceptualizar un conjunto de naciones con poblaciones grandes, economías en ascenso, un crecimiento por encima del promedio global y una clase media en crecimiento. Esta idea, que relacionaba el futuro económico con la solidez y el crecimiento sostenido, fue inicialmente recibida con atención limitada hasta alrededor de 2006. Fue en ese momento, y desde 2009, que los ministros de relaciones exteriores y Jefes de Estado de estos países comenzaron a sostener reuniones anuales para discutir desafíos económicos comunes y asuntos globales de importancia.

No fue sino hasta diciembre de 2010 que Brasil, Rusia, India, China acordaron integrar a Sudáfrica en la alianza, adoptando la sigla BRICS para reflejar su inclusión. En términos comparativos, según datos del Fondo Monetario Internacional, China lidera el grupo con más del 70% del poder económico colectivo, seguida por India con un 13%, mientras que Rusia y Brasil cuentan con alrededor del 7% cada una. Sudáfrica, por su parte, contribuye con un 3%.

La incorporación de Argentina

El presidente Alberto Fernández anunciando el ingreso a los BRICS

La incorporación de Argentina en los BRICS se fundamenta en su habilidad para ofrecer productos alimentarios, además de recursos estratégicos como gas natural, gas de esquisto y diversos minerales, destacando especialmente el crecientemente valioso litio. Además, Argentina cuenta con un sólido capital científico, incluyendo notables especializaciones en biotecnología y tecnología logística aplicada.

La entrada de Argentina a los BRICS sucederá en un contexto de progresiva inestabilidad en el sistema financiero internacional. Dentro de este panorama, el proyecto más ambicioso de los BRICS, particularmente impulsado por Rusia y China, tiene como objetivo lograr la desdolarización como una medida soberana para proteger los recursos productivos esenciales frente a la hegemonía de los Estados Unidos y su constante política de presión económica, entre otras cuestiones.

El Presidente, Alberto Fernandez, resaltó que “se abre un nuevo escenario para la Argentina”, y aseguró que buscar la integración con diferentes instancias a nivel regional y mundial “es una política de Estado, porque está probado que de ese modo aumentamos nuestras posibilidades de abrir nuevos mercados, de consolidar los existentes, de favorecer los flujos de inversión creando empleo, de aumentar las exportaciones y de desarrollar la aplicación de nuevas y mejores tecnologías”.

Ventajas y Desventajas

La posible incorporación de Argentina a los BRICS conlleva una serie de beneficios sustanciales para el país, pero también plantea algunas consideraciones que podrían generar preocupación. Si bien existen ventajas como el fortalecimiento de relaciones con Brasil, la reafirmación del reclamo territorial sobre las Islas Malvinas y el acceso a financiamiento y cooperación internacional, hay aspectos que podrían plantear desafíos.

Una de las principales preocupaciones radica en la reorientación de la agenda comercial y de inversión de Argentina. Gran parte del comercio exterior y las inversiones del país están vinculadas a Europa y Estados Unidos, competidores de algunos de los miembros del BRICS. Una inclusión en los BRICS podría enviar señales mixtas a estos socios tradicionales, lo que podría complicar los esfuerzos para atraer inversiones y expandir los mercados en estas regiones. En un momento en el que Argentina busca diversificar sus relaciones comerciales, esta posible reorientación podría generar incertidumbre en los inversores y en los mercados internacionales.

Además, la deuda con el FMI agrega un elemento complejo. La inclusión en los BRICS podría ser interpretada por los acreedores internacionales como un cambio en la orientación política y económica del país. Esto podría tener implicaciones en las negociaciones en curso con el FMI y en la percepción de Argentina como un socio confiable en el ámbito financiero internacional. Las relaciones con el FMI son fundamentales para estabilizar la economía argentina y encontrar soluciones para la deuda pendiente, por lo que cualquier señal que genere dudas podría impactar en estas conversaciones y en la recuperación económica.

En conclusión, aunque la inclusión en los BRICS ofrece oportunidades interesantes en términos de cooperación, financiamiento y fortalecimiento de relaciones con otros países emergentes, también presenta desafíos importantes. La posible reorientación de la agenda comercial y de inversión, así como la potencial percepción negativa por parte de los socios tradicionales y los acreedores internacionales, son aspectos que deben ser considerados. Solo queda esperar para apreciar cómo se desarrolla la geopolítica mundial.