Juan Pablo Laporte es director del Observatorio Parlamentario de la Red Argentino – Americana para el Liderazgo, un espacio que entre otros objetivos promueve el mejoramiento de las instituciones legislativas. Laporte, que participará en el Foro Metropolitano 2013 en una actividad pensada para los concejos deliberantes, anticipa en esta entrevista su opinión sobre los espacios legislativos en el AMBA.
Informe Digital Metropolitano: Ud. coordina el Observatorio Parlamentario de la Red Argentino Americana para el Liderazgo. ¿Cuáles son los objetivos de este Observatorio?
Juan Pablo Laporte: El observatorio parlamentario se creó el año pasado, en el marco de la Red Argentino-Americana para el Liderazgo, que es la organización oficial de la Embajada de los Estados Unidos. Esta red reúne a todos los ex becarios del prestigioso programa del departamento de estado de visitantes internacionales. Actualmente en Argentina es muy importante y en el mundo es muy numeroso. El objetivo del Observatorio es trabajar la diplomacia ciudadana, el hermanamiento de los pueblos como una contribución a las diplomacias. El Observatorio básicamente tiene dos funciones: elaborar, a través de un seguimiento periódico de actividades académicas e institucionales, la matriz de funcionamiento y calidad institucional parlamentaria. Y por otro lado, trabajar en la diplomacia parlamentaria desde la Red Argentino-Americana para el Liderazgo, que es el intercambio legislativo de representantes y de todas aquellas personas vinculadas al Congreso de la Nación y a las legislaturas provinciales. Hoy empezó casualmente una serie de encuentros con los candidatos al Congreso de la Nación para trabajar el liderazgo parlamentario.
IDM: ¿Están desarrollando la matriz de funcionamiento y calidad parlamentaria en nuestro país?
JPL: la matriz mide siete dimensiones y en este momento estamos ajustando la metodología a una representación proporcional del Congreso. Estamos combinando dos tipos de tareas, una más de tipo cuantitativo con una serie de preguntas y el relevamiento de los trabajos más representativos de la academia que hablan sobre los diferentes aspectos del Congreso, como las funciones de constitucionalidad, reglamentariedad – cuanto se adecua el parlamento a la constitución- la función legislativa, la de representación, la de legislación, la de control y la de transparencia. Estas siete dimensiones nos permiten tener una idea de en cuanto el parlamento está funcionando correctamente según lo que se entiende por Parlamento en la Constitución. En algunos temas el Congreso Nacional, sin tener indicadores precisos y numéricos, está muy alejado de lo que es un funcionamiento óptimo ideal y en otros aspectos está en el promedio de lo que son los parlamentos latinoamericanos, y en general en el mundo.
IDM: ¿trabajan con los legislativos locales, los concejos deliberantes?
JPL: No todavía, pero es una dimensión que la tenemos en cuenta, más ahora que nos hemos incorporado al Foro Metropolitano como socios estratégicos. Otro nivel de trabajo son las legislaturas provinciales, en la bonaerense estamos relevando cómo se adecúan las siete dimensiones, variables e indicadores. Estamos tomando algunas provincias ‘testigo’, que tengan características que las diferencien de las demás, ya sean por el bicameralismo, el unicameralismo, la proporción de la población en relación al resto el país, etc. El objetivo es lograr medir la totalidad de las provincias incluida la Ciudad de Buenos Aires. Y después iniciaremos un camino hacia los concejos deliberantes locales tomando también en principio casos ‘testigo’.
IDM: desde la Fundación Metropolitana trabajamos en el AMBA, un espacio geográfico que no tiene representación en la estructura de gobierno, ni a nivel ejecutivo ni legislativo ¿considera que es deseable o necesario avanzar hacia un sistema que contemple el AMBA? ¿Y qué opina de la coordinación entre los estamentos legislativos locales provinciales y nacionales?
JPL: el AMBA es compleja, no sólo por su población sino también por su densidad, tanto política como económica. En general se presenta una tensión entre dos modelos institucionales, uno de tipo jerárquico centralizado – busca crear un organismo cuadripartito en Nación, Provincia, CABA y Municipios- que organice ejecutivamente la región dese un punto de vista administrativo, con un poder de policía y con poder de actuación sobre el territorio. Y el otro modelo, casi dicotómico, es el de descentralización total, donde se entiende que no es necesario crear otro organismo además de los ya existentes. Creo que hay que tener una doble combinación de ingeniería institucional. Por un lado, el que podríamos denominar ascendente que mira la problemática del AMBA y resuelve que tipo de estructura debería crearse como reflejo institucional. Y por otro, un diseño institucional descendente, un esquema de laboratorio, donde se desarrolla una estructura institucional ideal y se busca instalarla. En ese sentido creo en un camino medio. No podemos desconocer la realidad y la complejidad, pero tampoco desconocer que es necesario desde la política direccionar ese diseño que hoy está problematizado hacia una situación más ideal y de resolución de los conflictos. Y en esto la Fundación Metropolitana es clave, por su trayectoria y el trabajo sostenido durante estos años.
IDM: Y en este tipo de diseño ¿cómo se contempla el espacio legislativo?
JPL: es necesario entender que es muy importante introducir la variable legislativa. En general, los autores trabajan con gran acento en la coordinación de tipo ejecutiva y tenemos que ver cómo podemos asumir el desafío de integrar los legislativos en los tres niveles: nacional, provincial y municipal. Creo que hay que sostener el problema metropolitano en tres principios, el principio diagnóstico, que implica comprender la complejidad de la interdependencia recíproca de todos los fenómenos metropolitanos. El principio institucional, tenemos que llevar necesariamente la cuestión institucional a un sustento representativo y legislativo porque le va a dar una mayor legitimidad en la representación política de las propuestas. Y, por otro lado porque tiene una visión de largo plazo, y éstas políticas necesitan de una visión prospectiva que a veces el ejecutivo, en su naturaleza propia de estar en el día a día de los problemas, no puede contemplar. Y por último el principio ético, tenemos que modificar el criterio de acumulación de poder que tiene a veces la lógica municipal por un criterio de cooperación y diálogo. Ante la velocidad y la división de la acumulación de poder territorial, tenemos que contraponerle una visión de cooperación. En estos tres principios – buen diagnóstico, diseño institucional y ética en pos de la cooperación – son los pilares que tiene que sustentar el replanteo del problema del AMBA.
IDM: ¿Se pueden pensar hoy en tomar algunas medidas o acciones legislativas que sean más consecuentes con esta realidad urbana, que fortalezcan esta mirada de cooperación aquí y ahora?
JPL: creo que debería existir un órgano de coordinación de políticas legislativas metropolitanas, que permita articular aspectos que hacen a la superposición de legislación, de competencias y de atribuciones. Creo que hay una primera acción urgente, un acuerdo interlegislativo en los cuatro niveles con un plan de trabajo completo, con una comisión de seguimiento de los temas del AMBA, tanto en el Congreso Nacional, como en la Provincia, la Ciudad y los Municipios. El Congreso, las legislaturas y los concejos deliberantes deberían acordar un plan estratégico legislativo para el AMBA en el corto plazo, porque los problemas no pueden esperar a un diseño institucional definitivo. Y en este punto aparece una gran carencia de la Argentina en general, que es la falta de un digesto jurídico, en este caso metropolitano. Ese organismo interlegislativo debería tener un relevamiento diagnóstico de la legislación que atraviesa en todos los niveles el territorio en cuanto a seguridad, transporte, residuos ambiente y urbanismo, entre otros tópicos principales. Además debería generarse una agenda con un máximo de consenso posible, que debería ser de presión en el sentido político hacia el ejecutivo, que hasta el momento no tomo la decisión de generar respuestas inmediatas para el AMBA. Más allá de las políticas ejecutivas, los cambios estructurales se sustentan con la legislación de fondo, todo cambio estructural para crear un organismo o disolver, unificar legislación y darle un sustento político tiene que necesariamente pasar por los legislativos, por lo tanto el desafío actual de la problemática del AMBA es parlamentario.
IDM: En el Foro Metropolitano se abordarán cuatro temas, seguridad, transporte, territorio y residuos. En algunos temas la legislación está desactualizada, por ejemplo en residuos o la ley de tierras. ¿Cómo debería desarrollarse una nueva legislación que contemple la situación de estos temas a 2013?
JPL: necesariamente en cualquier instancia de diálogo diagnóstico, propositivo, institucional, tienen que estar cuatro actores, el actor político, el empresario, las ONGs y el académico. La política como madre de las ciencias, el empresariado que genera valor, el sector académico que genera conocimiento aplicado y la sociedad civil que es el termómetro social, trae a la mesa de consenso la verdadera sensación. En este punto es muy importante tener un diagnóstico muy preciso de los temas. La Argentina es compleja en sus índices y datos oficiales, es necesario recuperar datos verdaderos del AMBA. Y después está la cuestión de cuál es la legislación vigente que atraviesa el área. Muchas veces se ve que se trata el AMBA sin tener un diagnóstico fuerte de lo que está pasando, por eso la importancia del Foro Metropolitano. También habría que promover instancias de articulación entre lo ejecutivo y lo legislativo, porque el legislativo tiene una agenda de mediano y largo plazo y el ejecutivo una agenda más inmediata. Y en esto también hay que tener en cuenta una dimensión que tiene dos velocidades y dos lógicas, una estructural y una de emergencia, que a veces se tiende a confundirlas, y por eso las políticas públicas pierden sustentabilidad, porque se mezcla la lógica de la emergencia con la lógica estructural
IDM: ¿algo más que quiera agregar?
JPL: Todo lo legislativo hoy está estudiado desde tres o cuatro disciplinas que estamos intentando unificar desde el Observatorio. Por un lado la Ciencia Política, el Derecho Constitucional, la Ciencia y Técnica Legislativas y un espacio que no está muy trabajado, la argumentación parlamentaria, cómo se discute y cómo se debería discutir en los ámbitos
legislativos. Este punto no es menor, porque un órgano legislativo que está atravesado sólo por la lógica de la mayoría y la minoría -y la lógica de la imposición de la mayoría- pierde el sentido de la cooperación, de la concordia, del diálogo y de la argumentación parlamentaria. Entonces el órgano es como el Congreso, colegiado, pero no deliberativo, porque no delibera en términos de lo que se llama argumentación parlamentaria, que es una construcción dialógica de ir hacia una búsqueda de conocimiento y acuerdo político que tienda al bien común, sino que se argumenta desde la opinión, una posición del voto para justificar porque se vota de esa manera. El gran desafío de lo legislativo está en incorporar la lógica de la argumentación parlamentaria.
Entrevista Anna Del Piero