Si bien los humedales representan apenas entre el 5% y el 8% de la superficie de la Tierra, estos ecosistemas han constituido en la historia de la humanidad sitios donde florecieron grandes civilizaciones como las de los valles de los ríos Nilo, Tigris-Eufrates e Indo-Ganges cuyo desarrollo dependió de la oferta de agua, de numerosos recursos naturales y de los servicios ecosistémicos que brindan. En muchos casos, la desaparición de esas civilizaciones se debió a su incapacidad para mantener un manejo adecuado del agua o reconocer el delicado equilibrio entre uso racional y explotación.
¿Por qué son tan valiosos los humedales para el bienestar humano?
La Convención sobre los Humedales (Ramsar, 1971) define el término humedal como “las extensiones de marismas, pantanos y turberas o superficies cubiertas de aguas, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporarias, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluyendo las extensiones de aguas marinas cuya profundidad en marea baja no exceda los seis metros”. Frente a la diversidad fisonómica y funcional de los ambientes mencionados, simplemente podríamos decir que los humedales constituyen áreas donde el agua juega un rol fundamental en la determinación de su estructura y funciones ecológicas.
Los humedales son muy valiosos porque proveen un conjunto de beneficios ambientales, económicos y sociales, denominados bienes y servicios ecosistémicos, que garantizan la calidad de vida tanto de las poblaciones locales como de los habitantes de sus áreas de influencia. La regulación de las inundaciones y de las sequías, el control de la erosión, la protección de la costa, la provisión de gran cantidad de recursos (pesqueros, forrajeros, madereros, medicinales, para la construcción, la indumentaria, entre otros), la regulación del clima, la depuración del agua y la provisión de sitios de refugio, alimentación y reproducción para muchas especies de la fauna silvestre (muchas de ellas de importancia económica) son ejemplos de los numerosos bienes y servicios ambientales que proveen los humedales a la sociedad. Entre estos importantes beneficios, uno de los servicios más importantes que brindan los humedales a la sociedad es la provisión de agua dulce, dado que almacenan gran parte del agua que utilizan las personas que viven en su área de influencia y de la que dependen todas las actividades socioeconómicas y ambientales. Además estos ambientes constituyen un componente decisivo y fundamental del ciclo hidrológico que mantiene el abastecimiento de agua, generándose así un estrecho vínculo entre el manejo del agua y el uso racional de los humedales.
Los humedales y el agua en la Argentina
En nuestro país, la superficie asociada a los humedales fue estimada en alrededor de 600.000 km2 lo que representa el 21,5% del territorio nacional, manteniendo estos ecosistemas una estrecha relación con la provisión y abastecimiento de agua para los seres humanos y para las actividades productivas.
Por un lado, hay que considerar que en Argentina se hace un uso importante de las aguas subterráneas. El 30% del agua promedio extraída en el ámbito nacional para los distintos usos, es de origen subterráneo. En el caso del riego en las regiones áridas y semiáridas, las reservas de agua subterránea cumplen un rol esencial al asegurar una regulación plurianual de los recursos. Por otro, el 84% de la disponibilidad de agua superficial de nuestro país, corresponde a los humedales de la Cuenca del Plata[1], involucrando a una intricada trama de cursos de agua y distintos ambientes acuáticos. Por la gran oferta hídrica que ofrece esta región, en su área de influencia vive el 75% de la población del país, siendo el asiento de las principales actividades productivas de la Argentina.
Entre los principales servicios ambientales provistos por los humedales de la Cuenca del Plata podemos mencionar la capacidad para reducir la velocidad de la corriente y almacenar los excesos de agua en épocas de crecientes e inclusive para mantener los niveles de agua durante parte de la estación seca. Estos sistemas, a su vez, limitan la intensidad de los picos de inundación dado que los excesos de agua se extienden por grandes superficies y son desacelerados y almacenados, demorando así las crecidas aguas abajo. Los humedales son tanto proveedores como usuarios de agua. Como elementos esenciales de la infraestructura hidrológica natural, los humedales precisan recibir cierta cantidad de agua para su buen funcionamiento, que en última instancia les permite suministrar este recurso, así como otros bienes y servicios ambientales que garantizan el bienestar del hombre.
A pesar de los importantes bienes y servicios ecosistémicos que brindan los humedales de la Cuenca del Plata, estos se encuentran amenazados por las actividades humanas. La construcción de represas, la agricultura intensiva y el uso de agroquímicos, el sobrepastoreo, la deforestación, el dragado, la expansión de las áreas urbanas y la emisión de efluentes domésticos e industriales, la construcción de canalizaciones y terraplenes, generan impactos de gran magnitud que producen alteraciones en el régimen hidrológico y la fragmentación y modificación de los ecosistemas, afectando el bienestar humano.
Estas amenazas afectan muy particularmente al Delta del Paraná-situado en la última porción de la cuenca- porque es una región única ya que alrededor del 97 % del ingreso de agua dulce al Río de la Plata proviene de los ríos Paraná y Uruguay. Los impactos mencionados y la ausencia de un ordenamiento territorial ponen en riesgo el valor ambiental de esta región, en cuya cercanía se encuentra el cordón urbano-industrial más grande de Argentina donde viven según los últimos datos poblacionales alrededor de siete millones de habitantes. La pérdida y degradación de los humedales de esta región agrava directamente los problemas relacionados con el suministro de agua y pone en peligro el bienestar humano. Por lo tanto, sin un manejo adecuado de los humedales no puede haber agua de calidad y en cantidad adecuada en el lugar y en el momento en que se necesite. En tal sentido, es importante que la sociedad argentina en su conjunto reconozca la importancia que tienen los humedales de Delta del Paraná y su relación con la salud, la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza asumiendo la responsabilidad y el compromiso del manejo de los humedales con el fin de garantizar el abastecimiento de agua potable para las actuales y futuras generaciones.
[1]Los humedales de la Cuenca del Plata conforman uno de los corredores fluvial más importante del mundo que comienza en el Gran Pantanal y se extiende hasta el Delta del Paraná en su desembocadura en el Río de la Plata. Con una superficie de 3.100.000 Km2 comprende los territorios de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay.