Fruto de las negociaciones entre los delegados de los candidatos y las resoluciones de la Cámara Nacional Electoral (CNE), la metodología del debate se vio modificada en relación a los anteriores. El evento se dividió en dos bloques de 12 minutos cada uno: uno de Economía, Relaciones de Argentina con el mundo, y Educación y Salud; el otro de Producción y Trabajo, Seguridad y Derechos Humanos, y Convivencia Democrática.
Cada candidato, que no pudo usar apuntes, tuvo la posibilidad de desplazarse por el escenario y contó con 6 minutos por bloque para usarlo de la forma que hubiera creído más conveniente. Hubo espacios para las intervenciones y repreguntas, y se le quitó participación a los moderadores, salvo al momento de regular el uso del tiempo. Cabe aclarar que el orden y el lugar de los protagonistas fueron sorteados.
La apertura estuvo a cargo del candidato oficialista, que hizo uso de la posibilidad de moverse por el escenario para hablar en su minuto de presentación dejando en claro que “es una de las noches más importantes de los 40 años de democracia” y planteando “quién va a cuidar nuestra salud, nuestra seguridad, nuestro trabajo y nuestra educación”. Massa se expresó claro al manifestar que su planteo es un cambio que se sostenga en un programa de políticas de estado que incluya a todos los sectores políticos. En este minuto, el actual ministro se mostró activo y propositivo, con ganas de tomar la iniciativa desde el comienzo del debate.
Milei se presentó como “economista liberal-libertario, especialista en temas de crecimiento económico con y sin dinero”, y que sabe cómo crear puestos de trabajo de calidad con buenas remuneraciones, terminar con la pobreza y la indigencia. Sin embargo, el cambio de tono en su voz se notó claramente cuando expresó que él va a “exterminar de una vez por todas el cáncer de la inflación”. En este minuto de presentación, Milei hizo bien en presentar a su compañera de fórmula presidencial, Víctoria Villarruel, para dejar en claro que ella, como especialista en seguridad y defensa, hacen un equipo equilibrado “para terminar con los problemas que hoy aquejan a la Argentina, que tienen que ver con el estancamiento, la inflación y la inseguridad”.
En la previa, el bloque económico tenía todas las atenciones puestas por ser la especialidad del libertario y el área de competencia ministerial del candidato oficialista. La apertura a cargo de Milei, le permitió a Massa poder esgrimir preguntas sobre la plataforma electoral de La Libertad Avanza y las diferentes declaraciones mediáticas que fue haciendo el economista. “Por sí o por no, Javier” fue la frase que marcó este primer bloque y que mostró a un tigrense a la ofensiva, que hizo replegar a su adversario y lo puso en situación de duda en el tema que más preparado debía tener. Esta nota desconoce la planificación previa del opositor, pero cuesta creer que dedicar sus 6 minutos de bloque para responder preguntas de Massa haya sido la estrategia inicial. Sin embargo, dejó en claro que buscará dolarizar la economía y cerrar el Banco Central. A contraposición, el ministro logró finalizar el bloque sin grandes sobresaltos, lo llevó a repasar todo el recorrido de la campaña libertaria y no le dejó tiempo para que éste le hiciera preguntas. Un dato que muestra la profesionalidad con la que se preparó este bloque por parte del tigrense es que en ningún momento tuvo menos tiempo disponible que el libertario. Massa hizo 2 cosas: impulsó que Milei usará su tiempo en responder sus preguntas y dejó su propio tiempo para hablar sin interrupciones.
Durante el eje sobre las relaciones de Argentina con el mundo se vio a un Milei que le dio prioridad a desmentir sus propios dichos sobre el Papa Francisco al calificarlo como “representante del maligno en la tierra”. En segundo lugar, el recorte que le quedó a favor de Massa pasó por poner sobre la mesa la intención de Milei de romper relaciones diplomáticas con Brasil y China. En tercer lugar, este bloque ofreció la reivindicación de Milei a Margaret Thatcher. Claramente este último punto fue buscado por la estrategia massista. Por su parte, Milei pudo haberse llevado un logro cuando expresó que el actual gobierno no generó relaciones con Jair Bolsonaro. Aunque es falso y el representante de Unión por la Patria respondió rápidamente, puede ser un dato que quede presente en el imaginario colectivo.
El bloque de Educación y Salud fue inaugurado por Milei, quien hizo foco en lo que propone su espacio, la creación del Ministerio del Capital Humano. En este fragmento se pudo escuchar un breve recorrido por la historia, llegando al siglo XIX para justificar la importancia de la educación y la salud en la sociedad. El oficialista, por su lado, propuso mejorar la educación con la sanción de la ley del 8% del PBI destinado a educación y la creación de un sistema que articule con pasantías. Ambos candidatos coincidieron en la importancia de concretar un plan de alfabetización. En este bloque se pudo ver a un candidato opositor mejor posicionado, aludiendo a datos concretos y cuestionando el concepto de la movilidad social ascendente. Sin embargo, lo que más será recordado de estos minutos será la mención del psicotécnico y la invitación de Massa a Milei para que contara por qué no le renovaron la pasantía en el Banco Central. Sin lugar a dudas, este bloque fue el que menos tiempo le dedicó a la temática en particular. Se podría decir que de aquí, Milei salió mejor posicionado, dado que es un tema sensible que le generaba grandes rechazos sociales.
La segunda parte del debate comenzó con el tema Producción y Trabajo, que pudo ser algo denso de contenido en relación a los datos duros, pero que se focalizó en la apertura de las importaciones y la desregulación del comercio exterior. Allí se produjo la pregunta de Massa a Milei por si conocía el sistema de Gestión Documental Electrónica (GDE). Ante la negativa del libertario, allí se abrió un interrogatorio sobre el conocimiento que tiene del aparato estatal que estará a su cargo, en caso de asumir la presidencia el 10 de diciembre del corriente año.
En cuanto al tema de seguridad, Milei cometió un sorpresivo error al citar a Rudolph Giuliani como referencia en esta materia. Conocida es la relación que une al norteamericano con el tigrense y el apoyo que aquel le brindó a este en seguridad y en la generación de vínculos con su país. En segundo lugar, llamó la atención la manera en la que Milei cedió parte de su tiempo y decidió no hablar de un tema tan trascendente para la sociedad argentina. Astuto, el tigrense logró hacerse de ese error no forzado. Milei intentó llevar la discusión hacia el terreno de la institucionalidad, las jurisdicciones y las competencias que tiene cada fuerza. Sin lugar a dudas, el bloque más flojo del candidato de La Libertad Avanza.
En el último bloque, Massa reforzó el concepto de un gobierno de unidad nacional y su habilidad a la hora de establecer diálogos con diferentes sectores de la política nacional. En este último segmento, al igual que en el de educación y salud, la temática se vio un poco confusa y se llevó la discusión al grupo Eurnekian, la influencia en la vida política argentina y las AFJP. Massa reconoció que se habló poco del tema, pero aprovechó llevar la discusión al vínculo del libertario con el sector privado y qué implicaría eso para el desarrollo argentino. Milei, por su parte, focalizó en datos y concluyó que “este gobierno es un gobierno criminal” y criticó la administración de la pandemia. Parecería que este bloque no se dio como el ministro lo había planificado, dado que a último momento pudo agregar su comentario final sobre “una argentina sin armas” haciendo alusión a la libre portación que apoya Milei.
El primer cierre lo dio Massa, quien de forma similar a la apertura se movilizó por el escenario. El candidato comenzó revalorizando su historia personal como nieto de abuelos inmigrantes, e invitó a la esperanza a las mujeres y abuelos. Hizo fuerza en su idea de enterrar la grieta y generar un programa de 10 políticas de estado que den previsibilidad, que el norte recupere las asimetrías que lo hacen sentir alejado de las discusiones nacionales, y que la riqueza de la patagonia sea fuente de venta al mundo. Sin embargo, una de las grandes sorpresas de su discurso de cierre pasó por el reconocimiento de que hay muchos que no lo votan convencidos, sino que simplemente lo hacen para no elegir la violencia y el daño.
Por su parte, Milei declaró que esta es la elección más importante de los últimos 100 años. El candidato opositor invitó a preguntarse si queremos seguir por el sendero decadente y a evaluar si se prefiere la inflación o estabilidad, decadencia o crecimiento económico. El economista se preguntó si la sociedad quiere seguir sosteniendo a la “casta chorra, corrupta parasitaria e inutil que destruye la generación de la riqueza”. Populismo o República es la disyuntiva que planteó Milei, al mismo tiempo que llamó a votar sin miedo, porque eso paraliza. El libertario manifestó ofrecer el modelo de la libertad, que da esperanza.
El debate dejó de manifiesto que Massa eligió una preparación mucho más profesionalizada, mientras que se notó a un Milei más temeroso a la hora de hacerse del uso de la palabra. Sin embargo, no logró caer en grandes exabruptos como los que se les podían llegar a esperar. El ministro salió ileso del bloque económico, aunque se le recrimine la falta de propuestas en la materia. Uno cree que a lo largo del debate esa oferta estuvo presente por su parte, pero que la atención del público va variando a lo largo de las casi 2 horas de duración.
Independientemente del resultado electoral, el debate colabora en la construcción de una democracia más plural, transparente y participativa. Celebrar el pacto democratico de exponer y discutir ideas forma parte de las grandes conquistas institucionales y sociales a las cuales llegó nuestro país. En toda elección se ponen en juego una serie de valores y creencias que giran en torno a la sociedad en la que uno desea convivir. Las falencias que tiene la democracia, como todo sistema, se deben solucionar con mayor democracia y debate público.