El anuncio se dio en el marco del Foro metropolitano, en la mesa “RSU, la basura en tiempos de la economía circular”, que comenzó con una serie de exposiciones y preguntas y respuestas con la participación de Carlos Briones, DAK Americas; Aleandra Scafati, Grupo Provincia BA Desarrollo; y Pablo Mesa, CEM/UBA. Esta mesa fue moderada por Ricardo Gutierrez, UNSAM – CONICET. Luego de este diálogo, Pedro Del Piero y Sergio Federovisky anunciaron la creación del CEC.
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Gutierrez, moderador del primer bloque abrió el debate: “No sé si todos saben que la Fundación Metropolitana ya hizo dos Foros Temáticos en BAM 21 sobre RSU. El primero fue el año pasado y este año ha sido el segundo que se cerró hace un mes aproximadamente. La principal conclusión del foro fue que es impostergable el cambio de paradigma, debemos salir de un esquema de enterramiento y de economía lineal para pasar a un esquema de economía circular. Otra conclusión es la necesidad de revisar la ley actual de presupuestos mínimos”.
“Gran parte de Argentina ni siquiera tiene todavía relleno sanitario, lo que tenemos son basurales a cielo abierto. Mientras que en la región metropolitana discutiendo que hacer con los rellenos, en la mayor parte de los distritos la mayor discusión es que hacer con los basurales. No podemos olvidarnos de esa realidad”.
“Los gobiernos locales son los que tienen que operar primariamente con la gestión de los residuos, pero en su inmensa mayoría, no tienen la capacidad técnica ni financiera para abordar por si solos la solución al problema y concretar el cambio de raíz”.
“A partir de este diagnóstico que surgió del foro surgieron una serie de recomendaciones: 1. Incentivar la recolección diferenciada de reciclado de materiales incorporando a los recolectores urbanos en el proceso. 2. Incluir en el principio de responsabilidad extendida a los productores como base conceptual. 3. Establecer fondos y mecanismos para asistir financiera y técnicamente a los gobiernos locales”.
A continuación, Aleandra Scafati explicó uno de los principales proyectos de Grupo Provincia BA Desarrollo, en donde se propuso una serie de lineamientos para resolver al 100 por ciento la gestión de los Residuos Sólidos Urbanos del Consorcio Región Norte II. “Es un plan que priorizará la vinculación entre las municipalidades y los recuperadores urbanos. Será el primer caso regional en donde una planta se encargará de la recepción, clasificación y tratamiento integral de 2300 toneladas por día”, detalló.
“Esto lo generan solamente con los residuos sólidos urbanos que manejan la municipalidades, acá no están por ejemplo los countries. Básicamente lo que se saca como subproductos de los circuitos de residuos vigentes son fertilizantes, biogás y algún combustible, que puede ser solido o líquido que es al final de la cadena. Lo más importante de esta tecnología es que todo lo reciclable se recicla. Tiene la capacidad de recibir la bolsa con los residuos como están y separarlos de forma mecánica. La idea es trabajarlo con los recicladores urbanos vinculados con estas municipalidades. Lo que nosotros buscamos como hito de este proyecto es una inversión privada, 100% de capitales extranjeros, tecnología alemana en su gran mayoría”.
“Es una unión de tecnologías que se arma en una sociedad de propósito específica, en un proyecto que perfectamente se encuadra en lo que es la iniciativa de PPP que quiere impulsar el gobierno nacional. Se plantea como un proyecto de Project finals, esto quiere decir que nadie pone un centavo hasta que no se ingresa la primera tonelada de residuos, es decir, es a riesgo. Se estima que esta planta va a generar trabajo de calidad para alrededor de 260 personas especializadas que son capacitadas ad hoc”, finalizó Scafati.
Por su parte, Carlos Briones, enfatizó: “Todos somos responsables directos y primarios de lo que hay que hacer con los residuos. Evidentemente, hay una desconexión todavía entre el generador primario, el vecino, el recuperador, que evidentemente recupera lo que puede o lo que encuentra, y el Estado, que debiera apoyar con una infraestructura necesaria. Todos sabemos que el tema logístico es sumamente importante, sobre todo en estos casos donde las botellas tienen muy bajo peso y ocupan un lugar importante. Con lo cual es una de las limitantes que hay es la logística”.
“Para ir hacia la economía circular, es fundamental la separación desde el primer eslabón de la cadena por parte del vecino, es muy importante que los recuperadores urbanos tengan el acceso a ese material reciclable, que tengan planta de clasificación y acondicionado como corresponde y por supuesto, un sueldo digno por ese trabajo que realizan”.
Por supuesto, también es necesario que tanto el Estado, las empresas recicladoras y las envasadoras, que son los otros eslabones también cumplan con lo suyo. Para esto es una buena idea que se establezca una ley de envases con responsabilidad extendida al productor donde los eslabones van a ser partícipes de cada uno de sus trabajos y cada uno va a poder, de esa manera recolectar todos los envases posibles. Con lo cual es muy importante que esa ley, que seguramente sea de presupuestos mínimos, se pueda adaptar a las distintas provincias o municipios y se cumpla.
“Después, una vez hecha toda esa separación, utilizado y separado todas las fracciones de reciclables, se podría eventualmente generar una planta de valorización energética de los residuos que quedan. Hoy por hoy al no haber una recolección importante y segura no daría todavía ese paso”, concluyó Briones.
Por último, Pablo Mesa resaltó la necesidad de que la promoción de la separación en origen sea un plan sistemático y no espasmódico, además de plantear un estándar de calidad y evaluación para los residuos. “Es necesario convocar a los recuperadores urbanos, ya que han sabido dar cuenta por sí mismos de procesos anteriores. Su participación será clave para el nuevo paradigma. Por esta razón, debe instalarse el concepto de educación ambiental a nivel metropolitano para que se internalice la importancia de transformar el modelo hacia una economía circular”.
“Estamos en un estado embrionario de recuperación de los materiales. Este estado tiene que ver también con campañas, con el cese de las campañas de separación en origen que en el plano general son espasmódicas y que cambian los ejes de discusión, de análisis y las consignas. Eso dificulta la tarea y dificulta la incorporación del ciudadano al trabajo”.
“Sería necesario promoción de la separación en origen y recuperación de todos los materiales en toda el área metropolitana en forma sistemática y no espasmódica. Necesitamos una política integral, constitutiva y de macro región para todos los metrobonaerenses que unifique la política pública en ese sentido”.
“En cuanto a la falta de infraestructura va un ejemplo en relación a los residuos electrónicos. Todos los argentinos tenemos 4 kg de residuos electrónicos consumidos al año, son 160.000 toneladas por año de las cuales 60% se generan en el AMBA. Hay capacidad instalada para recuperar solamente un tercio. Que pasa con el resto. Quedan en las casas, en los baldíos, con mucha suerte van a relleno sanitario. Estamos hablando de materiales como por ejemplo placas de ITT son valiosos. Estamos desaprovechando esa potencialidad”.
El Centro de Economía Circular (CEC)
“Lo que pretendemos es poner en marcha una herramienta operativa que tome el tema de la economía circular, lo lleve a la práctica con incubaciones, con enseñanza y con el desarrollo de asistencias técnicas o buenas prácticas y experiencias” afirmó Del Piero refiriéndose a los objetivos del Centro de Economía Circular.
La idea de Economía Circular se ha instalado en los últimos años en la discusión pública sobre un paradigma en crisis que definía el tratamiento de los residuos. Para Federovisky “no se trata de discutir tecnologías que las hay mejores y peores. Se trata de discutir cual es la relación que se establece entre la sociedad y el ambiente en el cual desarrolla sus actividades. Y ahí el problema es la anomalía que se genera en el hecho de generar 17 toneladas diaria y enterrarlas todas. Esa anomalía que es fruto de una economía lineal es lo que en algún momento entro en crisis por falta de territorio para seguir enterrando”.
Discutir sobre la economía circular se trata entonces de dar cuenta de que “la economía lineal no es solamente un tema de que trato se le da a los materiales. Sino que es una concepción económica básicamente depredadora de lo social y lo ambiental. Por eso este rescate que la fundación hace desde un lugar muy motivante. Porque, como siempre dijimos, estamos ante una política que nos involucra a todos, todos somos generadores de residuos porque todos somos consumidores” afirmó Del Piero.
El Centro de Economía Circular tendrá el objetivo de máxima de que el concepto de economía circular pueda traducirse en políticas públicas. “Apuntamos a establecer, sostener, financiar y elevar proyectos privados y públicos basados en este nuevo paradigma. Debemos terminar con el slogan y poner en práctica todas las propuestas que estén a nuestro alcance”, explicó Federovisky.
Por un lado, se encontraría el Instituto de Economía Circular, cuya función será “brindar capacitación adentro y afuera del sistema. Quiero decir, a aquellos que integran de alguna manera el mundo del tratamiento de los residuos, porque tienen proyectos, porque brindan servicios, etc. Pero también a aquellos que pueden acceder y que necesitan ser de alguna manera evangelizados para que el mensaje de la economía circular prospere y se inserte en la sociedad y no sea simplemente un slogan” caracterizó Federovisky.
Otra parte del CEC sería la incubadora de proyectos para poder ayudar a establecer, iniciar, sostener, financiar y luego liberar positivamente al mercado proyectos privados y públicos que tengan la economía circular como eje en el tratamiento de los residuos. “No hay ningún ámbito del Estado y tampoco de la actividad privada que ayude a alguien que tiene una idea asociada al tratamiento de residuos asociado a la economía circular. Así nació la idea de la incubadora” describe Federovisky.
“La idea de la incubación nos dio mucho entusiasmo porque imaginamos una modalidad para ser operativos en un trabajo de campo pero además con actores. Los proyectos tienen que venir con algún aval de un municipio, de un sindicato o por una ONG” afirmó el presidente de la Fundación Metropolitana.
La incubadora propone un plan de financiación, formación, capacitación y asistencia técnica para aquellos proyectos que se presenten a partir del aval de una entidad involucrada en el proceso (sindicato, municipio, ONG, entre otros). “CEAMSE proveerá una base de residuos como insumos necesarios para el CEC y ofrecerá la posibilidad de realizar trabajos de campo en sus complejos de Domínico y Norte III”, resaltó Del Piero.