POR PEDRO DEL PIERO – El coronavirus impuso la percepción de la dirigencia gubernamental que esto lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie. Así, se generó un escenario esperanzador para quienes estamos convencidos que la Buenos Aires Metropolitana necesita cooperación para crecer económicamente y lograr una distribución más equitativa en base a la generación de empleo.
Buenos Aires Metropolitana es una región argentina que nuclea el 50% del PBI, el 38% del padrón electoral y el 35% de la población en solo un 0,4% de su superficie territorial. Ayer, el Presidente comentó que ésta región también concentra el 70% de los casos confirmados de coronavirus.
La conferencia de prensa, que reunió al Presidente de la Nación, al Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, al Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma y los gobernadores, sumada a la producida el pasado domingo 15 de marzo mostró que, si hace falta, se puede trabajar en convergencia y complementariedad, a pesar de las banderas políticas.
Algo similar sucedió por la tragedia de Once, en 2012, cuando en seis meses se formalizó un excelente dispositivo de gobernanza metropolitana, la Agencia de Transporte Metropolitano, en mora aún de funcionamiento efectivo. Pero el mayor antecedente en tal sentido se registró en la década de 1870 cuando las pestes se llevaron casi más de un tercio de la población, provocando que en muy poco tiempo, Buenos Aires tuviera la red de saneamiento más completa, moderna y eficiente del mundo occidental
El coronavirus nos regaló una foto metropolitana como epílogo de largas horas de trabajo entre gabinetes de jurisdicciones y signos políticos diversos. Una imagen que nos hizo pensar ¿por qué no es más frecuente?, en escenarios de menor dramatismo y con pretensiones más estructurales para impulsar políticas de mediano y largo plazo.
Provincia y Ciudad de Buenos Aires, junto con Nación y municipios del Gran Buenos Aires y del borde periurbano, pueden y deben coordinar el desarrollo social y económico de la región con acuerdos en beneficio de todos los metrobonaerenses. Hacia adentro se trata de articular producción y servicios, suelo y demografía, conocimiento y empleabilidad, desarrollo territorial y logística, cuencas y residuos. Y hacia afuera, hacia la Argentina, lograr una funcionalidad complementaria con las regiones ya constituidas para un virtuoso desarrollo regional federal.
Construir una sociedad más justa es posible con voluntad política de quienes gobiernan si además comprenden el valor que tienen en la gestión los escenarios ganador ganador.