POR PEDRO DEL PIERO, FUNDACIÓN METROPOLITANA – Desde el pasado diez de diciembre quienes gobiernan Nación, PBA y CABA, pertenecen a un mismo signo político. Es una extraordinaria oportunidad para amortiguar la fragmentación más dura del área metropolitana Buenos Aires: su rompecabezas institucional. Gestionar La Gran Buenos Aires requiere de la cooperación de estos tres niveles gubernamentales y la de quienes gobiernan cuarenta municipios entre General Paz y ruta provincial seis.
Somos quince millones de metrobonaerenses que hace muchas décadas esperamos vivir sin miedo, queremos que nuestras casas no se inunden, tener una vivienda digna, viajar mejor y seguro, pretendemos que se desactiven las bombas ambientales llamadas rellenos sanitarios, también poder acceder a la salud y al conocimiento para un futuro de calidad, quisiéramos ser parte de una economía regional con oportunidades de ser y de crecer, en fin, estaría bueno pertenecer a una Gran Ciudad con identidad y destino, que sume en la Argentina desarrollada e integrada al mundo que todos soñamos.
Para ello hay una agenda crítica inmediata y una estructural de mediano y largo plazo.
SEGURIDAD. Al delito de gran porte, responsable sustantivo de la inseguridad, solo se lo derrota coordinando capacidades de prevención y represión, sistemas judiciales y servicio penitenciario. Es imposible hacerlo con siete policías y dos sistemas judiciales que no basen su operatividad haciendo inteligencia sobre el mapa del delito, herramienta que para su empoderamiento debe estar a disposición de los vecinos como corresponda.
TRANSPORTE. El caótico desplazamiento de personas y cosas requiere para su ordenamiento racionalidad de los modos que lo sirven, lo que se logra únicamente restableciendo criterios sistémicos e integrados. El transporte público de pasajeros debe ser de mayor cobertura y calidad, tanto para lograr acceso completo en el GBA como para disminuir el uso de automóviles en los flujos troncales. La logística de cargas debe ser consistente con el modelo productivo y de servicios en su doble rol de infraestructura y promotora de desarrollo.
SUELO. En un escenario de inundaciones y tomas de tierras hay que preguntarse sobre ocupación y acceso al suelo, ese componente central del ambiente y del arraigo. Definitivamente el suelo debe ser materia federal con el establecimiento de presupuestos mínimos conforme la Constitución Nacional. Mientras tanto las legislaturas de la Provincia y la Ciudad deberían sancionar de inmediatico la emergencia territorial del AMBA para, mediante coordinación interjurisdiccional estadual y municipal, poder facilitar y promover decisiones respetuosas de la justicia social y el ambiente. En paralelo, los comités de gestión de las principales cuencas –ACUMAR y COMIREC- deben lograr suficiente autonomía y profesionalización para ejecutar genuinas políticas de estado.
RESIDUOS. Hay que ocuparse del ciclo completo en toda el área donde hoy, en forma sistemática, sólo se gestiona recolección y enterramiento. La generación de residuos así como su minimización y recuperación tienen que formar parte de un proceso único que -involucrando Nación, Provincia, CABA y municipios de toda el AMBA- se trabaje con una CEAMSE refuncionalizada, habiendo sancionado una ley de envases y acordado una gran campaña de conciencia, gestión y control de diez años.
Son cuatro grandes macro temas-problema que algunos disponen antiguos o incipientes dispositivos de gestión interjurisdiccional aunque necesiten readecuación –como CEAMSE y ACUMAR- o puesta en marcha -como la Agencia de Transporte Metropolitana, sin operatividad efectiva-.
Para la agenda estructural no dudamos en recomendar la constitución de la Región Metropolitana Buenos Aires, suscribiendo un acuerdo marco “para el desarrollo económico y social” (art.124 CN) entre las tres principales jurisdicciones y los cuarenta municipios, al calor del cual se encaren problemáticas concretas a través de convenios específicos asignando y coordinando recursos, regulaciones y poder de policía. La preparación y seguimiento de dichos acuerdos debería estar a cargo de una unidad ágil y profesional, bajo modalidad de agencia, que administre eficazmente procesos de planeamiento participativo, capilares en cada caso tanto con la capacidad profesional instalada como con los intereses en juego.
Es la agenda del desarrollo de la Buenos Aires Metropolitana, integrada con Argentina, América Latina y el mundo, desde una economía regional incluyente de su gente con empleo y paz social, y sosteniendo competitividad territorial sistémica. Sólo así lograremos sustentabilidad social, ambiental y económica.