(Por Deleandra Spinato) En el mes de julio del corriente año, el Jefe de Gabinete de Ministros, Jorge Capitanich, anunció la aprobación de una nueva línea de crédito proveniente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por U$S 410 millones, para avanzar con las obras de saneamiento de la cuenca del río Reconquista, en la Región Metropolitana de Buenos Aires. Según exclamaba: “esta inversión permitirá mejorar sustancialmente la calidad de vida de muchas familias, desde el tratamiento de residuos sólidos urbanos y la extinción de basurales a cielo abierto hasta el mejoramiento de carácter sustancial del manejo de la basura». Tras la novedad explicaba que el crédito, cuyo fin es apoyar al Programa de saneamiento ambiental de la cuenca del río Reconquista, “contempla un plan de gestión que busca beneficiar a más de tres millones de habitantes y prioriza inversiones para aumentar la cobertura de agua potable, alcantarillado y tratamiento de aguas residuales”.
La importancia estratégica del recurso hídrico
La cuenca del río Reconquista se encuentra en una posición privilegiada dentro del AMBA. De vital importancia para la región, abarca alrededor de 167.000 hectáreas en donde residen 6,2 millones de habitantes distribuidos en 18 partidos del Gran Buenos Aires: General Las Heras, General Rodríguez, General San Martín, Hurlingham, Ituzaingó, José C. Paz, Luján, Malvinas Argentinas, Marcos Paz, Merlo, Moreno, Morón, San Fernando, San Isidro, San Miguel, Tigre, Tres de Febrero y Vicente López. El Producto Bruto Geográfico (PBG) en el ámbito de la cuenca ronda los 17.880 millones de pesos, cifra que representa aproximadamente el 15% de la producción provincial. Incluye, además, 134 cursos de agua que recorren un total de 606 kilómetros, de los cuales 82 corresponden al río Reconquista, que van desde el límite entre General Rodríguez, Moreno y Merlo hasta su desembocadura en el río Luján, en Tigre.
El crecimiento poblacional de las últimas décadas, sumado a la falta de una adecuada planificación en torno a la ocupación del territorio y al asentamiento de distintas actividades, dio origen a un proceso de degradación ambiental que trajo aparejadas graves consecuencias. Principalmente, aquellas relacionadas con la contaminación del recurso hídrico como resultado del tratamiento inadecuado de residuos de sustancias de uso agropecuario y de efluentes, tanto industriales como domiciliarios. Fue así como, con el paso del tiempo, la actividad industrial modificó el ecosistema local impactando directamente sobre la salud de los distintos grupos poblacionales residentes en el área, alterando su calidad de vida. Se estima que hoy día se asientan en la cuenca más de 20.000 industrias. Según un informe elaborado por la Defensoría del Pueblo de la Nación, en marzo de 2007, la situación sanitaria de la población que vive en la cuenca “es la peor de la Región Metropolitana de Buenos Aires” ya que se trata del segundo río más contaminado del país después del Matanza-Riachuelo; lo que da cuenta de la magnitud y urgencia de la cuestión, y alerta sobre la necesidad de implementar políticas públicas factibles y eficientes.
La inserción de la problemática en la agenda pública
El primer acercamiento de las autoridades a la problemática fue la creación, en el año 1995, de la Unidad de Coordinación del Proyecto Río Reconquista (UNIREC). Con sede en la Ciudad de La Plata, tenía por función supervisar y ejecutar las acciones tendientes a la implementación del Proyecto de saneamiento ambiental y control de las inundaciones en el río Reconquista. Se estimaba que esta Unidad recibiera US$ 250 millones del BID para comenzar a funcionar, sin embargo por falta de presupuesto estatal el proyecto quedó trunco. Luego de varios años, precisamente en 2001, con la sanción de la Ley provincial Nº 12.653 se definió tomar nuevamente cartas en el asunto mediante la puesta en funcionamiento del Comité de Cuenca del Río Reconquista (COMIREC). Este ente, que tomó impulso recién en 2008, sumó la creación de consejos consultivos por municipio a los fines de garantizar la participación ciudadana en el debate por la recuperación de la Cuenca. Antes de ello, en 2006, el Gobierno provincial, a través del Decreto Nº 3002/06, aprobó el Programa de saneamiento ambiental de la cuenca del río Reconquista con el objeto de monitorear la gestión del COMIREC. Fue en 2007, con el informe del por entonces Defensor del Pueblo, Eduardo Mondino, que tomó estado público la situación de gravedad del humedal, tras darse a conocer su recomendación de “impulsar un plan estratégico y global para tratar de quebrar la inercia de una altísima contaminación en la región”.
A la espera del nuevo crédito
Pese a los vaivenes políticos, el tema nunca dejó de estar presente en la agenda pública, por insistencia de las organizaciones y universidades o por iniciativa los gobiernos involucrados. Tal es así que el Gobierno de la provincia de Buenos Aires logró acceder, en julio de este año, a un crédito del BID por un total de US$ 410 millones, de los cuales US$ 230 millones serán destinados al saneamiento de la cuenca. Con un plazo de pago de 24 años, y 6 años y medio de gracia, a una tasa de interés basada en LIBOR, y con una contrapartida local de US$ 57,5 millones; este crédito tiene por objeto apoyar al Programa de saneamiento ambiental de la cuenca del río Reconquista, y promover un plan de gestión para beneficiar a más de 3,1 millones de habitantes. Así lo anunciaba la Ministra de Economía bonaerense, Silvina Batakis, “es muy importante el apoyo de un organismo internacional como el BID porque la aprobación de este crédito es un reconocimiento a la gestión que estamos haciendo en la Provincia y también porque su ejecución nos permite avanzar por la senda del desarrollo”. Según informaba “con este crédito la provincia podrá financiar el programa de manejo urbano ambiental sostenible de la cuenca del río Reconquista que tiene como objetivo recuperar la calidad ambiental a través de la puesta en marcha de un plan de gestión integral ambiental y social, que incluye obras de infraestructura vial y drenaje, provisión de agua potable y cloacas, erradicación de basurales clandestinos y gestión integral de residuos sólidos urbanos”. En el mismo sentido, el Ministro de Infraestructura y actual presidente del COMIREC, Alejandro Arlía, expresaba “las posibilidades que se abren a partir de la aprobación del crédito son infinitas. Este es un compromiso que asumió el gobierno de Daniel Scioli que hoy se hace realidad”.Tras ser consultado por la prensa manifestaba la intención de “llevar adelante reuniones con todos los intendentes que integran la cuenca para avanzar en la planificación de acciones concretas para cada municipio”.
El reclamo por la cuestión ambiental
El reclamo por una mejora en las condiciones socio-ambientales en el ámbito de la cuenca es de larga data. Tal es así que diversas organizaciones ambientalistas, entre las que se encuentran la Asociación COEPSA; la Fundación ECOSUR; la Asociación Respeto Ambiental; la Asamblea Delta y Río de la Plata; la Asociación ACEN; el Espacio Intercuencas; y la Fundación ProTigre, entre otras, vienen planteando, a través de sucesivas jornadas, audiencias y distintos encuentros, cada una con sus propuestas, la necesidad de proteger el humedal y avanzar con el saneamiento, garantizando la participación ciudadana y la transparencia en el proceso de toma de decisiones. En este sentido es importante destacar que fue mérito de la Arq. Mara Anselmi, Directora Ejecutiva del COMIREC, garantizar la participación de la sociedad civil en los consejos consultivos locales, siendo condición sine qua non para el otorgamiento del nuevo crédito.
En ocasión de la celebración del Día Mundial del Ambiente, el pasado 5 de junio de 2014, las organizaciones mencionadas emitieron un comunicado por medio del cual dieron a conocer su postura en torno al tratamiento que ha tenido la problemática por parte de las autoridades: “Pese a que la provincia asevera haber adoptado el concepto de gestión integral de cuenca y que hay esfuerzos aislados por recuperar áreas y se publicitan anuncios de programas de saneamiento ambiental –con endeudamiento- no se ve en la práctica el impulso a los municipios y ministerios a trabajar en forma coordinada y subordinada a una definida política de ordenamiento territorial, marcado por la ley y demandado por las organizaciones de la sociedad civil”. Según argumentan “no hay información publicada fehaciente básica, como listado de empresas que operan en la cuenca, su categorización, tratamiento de efluentes con sus respectivas plantas de tratamiento industrial y sus vuelcos y retiro de barros”. Afirman, además, que para llevar adelante el saneamiento de la cuenca y la prevención de las inundaciones “es básico promover la articulación, integración y relación interinstitucional de los organismos públicos de toda la región, y no autorizar nuevos emprendimientos hasta tanto el gobernador defina la política de ordenamiento territorial de la cuenca toda como eco región”. Exigen, a través del Observatorio Medio Ambiental de la Cuenca Reconquista (OMAR), el cumplimiento efectivo de las leyes ambientales vigentes, entre ellas la Convención de RAMSAR sobre Humedales, y solicitan se avance sobre tres ejes: confección de una base de datos ambientales actualizados (mapeo de vuelcos, instalación de parques industriales en la sirga, efluentes de la cuenca); relevamiento de datos y seguimiento en salud y eco-toxicología; y complementación de los aspectos legales.
¿Se reabren las esperanzas?
Si bien el crédito aún no se ha efectivizado, el Gobierno provincial ha depositado todas sus esperanzas en él. Caso contrario es el de las organizaciones ambientalistas, que se muestran aún reticentes. Tras ser consultada, la Presidenta de COEPSA, Adriana Córdoba, expresaba que la situación en la cuenca es cada vez más crítica dado que “no se ha realizado ninguna obra de envergadura para sanear la contaminación del río hasta ahora”. Agregaba, además, que en el marco del Plan Maestro de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos “fueron levantadas 141.981 toneladas de residuos de los basurales de la cuenca Matanza-Riachuelo que fueron depositadas en la CEAMSE Norte III, a orillas del río Reconquista, sin análisis previo ni del estado en que quedaron esos suelos y napas, ni del contenido de lo que se envió a esa dependencia». Al respecto explicaba la importancia de “armar programas responsables de RSU, que impliquen una reducción en la generación de residuos sobre la base de la separación en origen y la recolección diferenciada”. Afirmaba la necesidad de “trabajar desde lo institucional, es decir, en el marco del COMIREC” teniendo como horizonte el ordenamiento territorial, planteando soluciones de fondo. Finalmente, a la pregunta por la conveniencia del nuevo préstamo argumentaba: “Si el crédito se utiliza para sanear la cuenca desde ya que es importante. Sanear es hacer más sano, y eso implica recuperar la capacidad de biodiversidad de la cuenca. Sanear implica, también, remediar”.
La participación de los municipios
La participación de los distritos en las cuestiones vinculadas con el COMIREC es bastante dispar, diferenciándose aquellos que intervienen activamente de los que no lo hacen tanto. Entre los más participativos se encuentra el municipio de Ituzaingó que, siendo pionero a la hora de conformar su consejo consultivo, llevó a cabo desde el 2008 a la fecha cerca de 30 encuentros. Desde ese entonces, el consejo consultivo local viene trabajando en actividades relacionadas con la protección del medio ambiente y los recursos naturales. Entre las acciones realizadas se destaca el envío, por intermedio del Defensor del Pueblo municipal, de una carta al gobernador Daniel Scioli en la se le requiere la urgente reglamentación de la Ley que originó el COMIREC y en la que se manifiesta la intención de accionar judicialmente si fuera necesario. Otro de los municipios activos es el de Merlo que, junto a distintas organizaciones de la sociedad civil, elaboró un listado con las prioridades para el distrito que fue remitido al Directorio del COMIREC para que sea incluido en el plan de obras a ejecutar con los fondos del BID, pero que hasta el momento no ha recibido respuesta alguna. Entre las obras solicitadas se señalan la rectificación y limpieza del curso superior del río Reconquista y la desinsectación, desratización y desinfección de las áreas urbanas y periurbanas del curso del río. Los municipios de Tigre y San Fernando, integrantes de la cuenca baja, también se hicieron escuchar. Tal es así que ante la necesidad de realizar obras hidráulicas que eviten futuras inundaciones, ambos municipios reclamaron cambios en el documento original del Programa de saneamiento ambiental por considerar que, al menos en la primera fase de financiamiento, el COMIREC se centraba en acciones dirigidas a los municipios de la cuenca media por estar pensado para financiar temas de saneamiento ambiental en vez de índole estructural. Consultado para esta nota, Julio Zamora intendente de Tigre sostuvo que: «Remarcamos una vez más el compromiso de los municipios involucrados para sanear de manera integral el Río Reconquista. Hecho que también se planteó en una solicitada al ministro de Infraestructura bonaerense, Alejandro Arlía. Queremos que el Río Reconquista esté saneado, porque eso significaría que la política le puede dar a los vecinos un medio ambiente mejor. La apuesta que vamos a lanzar con mucha fuerza es tener el compromiso de todos los intendentes y del futuro gobernador para que el Reconquista no sea una cloaca sino un río donde llevemos a nuestros hijos a pasear”, finalizó Zamora.