Desde Fundación Metropolitana inauguramos “Conocer al candidato”, una sección dedicada a dar cuenta del perfil de los candidatos y sus principales propuestas de cara al proceso electoral de este año. En esta ocasión conversamos con Matías Barroetaveña, Candidato a Legislador porteño por el Frente de Todos.
FM: Usted se presenta como precandidato a legislador por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. ¿Qué análisis hace sobre la situación social de esta jurisdicción?
MB: La situación social en la Ciudad de Buenos se encuentra complicada al igual que en el resto del país exponiendo altos niveles de desigualdad entre los sectores más acomodados y los más empobrecidos.
Pese a su inmenso presupuesto, la Ciudad de Buenos Aires no ha tenido políticas activas para evitar que esta tendencia se haya profundizando en los últimos años, se expresa fundamentalmente en las brechas existentes en el plano territorial y geográfico de la Ciudad.
Los indicadores son categóricos respecto a las diferentes realidades que se presentan para los porteños según la zona en la que viven. Las personas tienen 8 años más de expectativa de vida en el norte que en el sur de la ciudad. La zona Sur presenta mayores niveles de pobreza y precariedad laboral y a su vez tiene los ingresos más bajos de la Ciudad. Para dar un ejemplo, la Comuna 8 muestra los datos más preocupantes (Villa Soldati, Villa Riachuelo, Villa Lugano).
○ 50% de pobreza
○ 53% de trabajadores precarios
○ 32% de habitantes en villas
La cuestión habitacional es otro de los principales problemas para una porción significativa de los porteños. La carencia de una vivienda digna conlleva una serie de limitantes que se expresan en la dificultad de contar con servicios elementales, como conexión a la red pública de agua corriente, red cloacal, red pública de electricidad, además de condicionamientos estructurales que limitan las potencialidades de desarrollar una vida en plenitud.
Desde Mauricio Macri hasta ahora, el Gobierno de la Ciudad no ha tenido políticas de vivienda para los sectores más vulnerables, pero tampoco para la clase media. Existe una falta de voluntad política y una gran falla en la regulación por parte del Gobierno de la Ciudad. Las modificaciones al Código de Edificación y al Código Urbanístico, que fueron y siguen siendo muy dañinas, beneficiaron a la especulación inmobiliaria y no resolvieron los problemas espaciales.
En lo que concierne a trabajo, los indicadores sobre trabajo precario resultan particularmente relevantes si tenemos en cuenta que ha sido la modalidad laboral que más ha crecido en el país en los últimos años. Esta tendencia se expresa en la Ciudad de Buenos Aires y replica las desigualdades que se perciben en la mayoría de los indicadores sociales. Nuevamente es significativamente mayor en la zona sur de la Ciudad. Por otra parte, la desigualdad no está sólo vinculada a la formalidad o informalidad laboral. Hay grandes brechas en lo que respecta a ingresos en el binomio Norte-Sur de la Ciudad. La brecha que existe entre los barrios con mayores ingresos y los de menores ingresos es significativa. En promedio, el ingreso de los habitantes del barrio de Palermo por ejemplo es 3,3 veces mayor al de los habitantes del barrio de Lugano o Soldati.
Entre los indicadores de desarrollo y calidad de vida en los que trabajamos desde el FDT, además de aquellos temas vinculados al territorio y la población del AMBA, el ambiente es otra de las temáticas con grandes preocupaciones y conflictividad en territorio. Contaminación, inundaciones, déficit de espacios verdes, arbolado urbano y falta de acceso a bienes y servicios básicos como agua potable, cloacas, mala gestión en los residuos sólidos urbanos y la privatización de la ribera son algunas de las principales problemáticas ambientales urbanas en la Ciudad.
Si hablamos de la política de gestión acerca de los espacios verdes y públicos por ejemplo, el gobierno porteño dice que existen alrededor de 6 m2 de área verde/habitante, cifra muy por debajo de la recomendada y difícil de constatar en la práctica. Otro de los grandes temas ambientales conflictivos es la gestión de la ribera. Una situación crítica con emprendimientos inmobiliarios que bloquean el mayor regulador climático natural que posee Buenos Aires (el Río de la Plata), donde la planificación urbana contradice la necesidad de reducir el impacto de las altas temperaturas o ¨islas de calor¨ en la Ciudad. Las pocas superficies de vegetación (falta de espacios verdes y de arbolado urbano) incrementan a la temperatura superficial y contrariamente a lo recomendado por especialistas, se insiste en desarrollar megaobras y torres de lujo.
Por otra parte, estos proyectos -que proponen modificar la costa porteña- evidencian también que la métrica adoptada para caracterizar “cuán verde es la Ciudad” consiste en la sumatoria de metros cuadrados verdes sin una evaluación de las características, calidad, condiciones, desconociendo que servicios ambientales “reales” prestan. Varias de las iniciativas del “Plan BA COSTA” implican ocupación, modificación de la costa y desarrollo en áreas ambientalmente críticas como es el caso de lo diseñado para el área de la Reserva Ecológica, o la disminución del suelo absorbente que implican por su magnitud los emprendimientos del Distrito Joven y Costa Urbana. Además, se omite la necesidad de analizar si la infraestructura disponible es suficiente para atender los requerimientos de los proyectos.
Desde el FDT entendemos que el Estado debe recuperar su rol activo en la responsabilidad de planificar y gestionar soluciones para la regulación y organización del proceso urbano-territorial, asumiendo el papel de instancia articuladora, capaz de asegurar el equilibrio social y ambiental. Se debe promover un paradigma urbano donde los ciudadanos puedan concebir, sentir y decidir la ciudad, y elegir el nivel de vida y hábitat adecuado.
FM: La CABA se encuentra en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), por lo que es fundamental desarrollar políticas públicas coordinadas con distritos vecinos, ¿Qué proyectos legislativos cree que son primordiales para una mayor y mejor gobernanza metropolitana?
MB: La política de vivienda debe ser una prioridad para la agenda del AMBA, junto con la movilidad, el trabajo y el ordenamiento ambiental del territorio.
Estoy convencido de que esta discusión que tenemos con respecto al uso del suelo y las formas en que las ciudades vienen creciendo, que en la CABA es imprescindible por sus características geográficas, no tiene un límite. Hoy tenemos 15 millones de habitantes junto con el conurbano en una misma metrópolis y puede terminar teniendo 20 millones dentro de pocos años. ¿Cómo se revierte? Tenemos que tener políticas de uso del suelo, tenemos que tener una planificación territorial y tenemos que tener también un modelo federal de desarrollo
La ciudad no tiene políticas de desarrollo productivo ni de desarrollo científico tecnológico. Esto pese a la importante inversión nacional en el distrito a través de la UBA, Conicet, etc.
El modelo local se basa en la recaudación sobre el sistema financiero nacional y la actividad gastronómica y comercial
FM: La gobernabilidad del AMBA es fundamental pero no suficiente para el desarrollo de ciudades del siglo XXI. ¿Cómo cree que se puede afrontar una planificación urbana integral desde el parlamento?
MB: Es importante utilizar las herramientas disponibles que han sido ignoradas o mal utilizadas. El plan urbano ambiental, el código urbanístico y un plan de desarrollo territorial. A partir de ahí proponer normativas espejo en los distritos del AMBA y hacer funcionar coordinadamente los organismos metropolitanos existentes: AM de transporte, Ceamse, Aysa, etc.
Desde el parlamento se puede trabajar para construir una ciudad más humana que resuelva las urgencias de los porteños y porteñas. Una agenda ambiental para dejar de enterrar basura en la provincia, un programa de viviendas para los miles de inquilinos y para proteger a las familias que viven en fragilidad absoluta, una escuela pública con vacante para todos y un transporte seguro y limpio.
FM: Es complejo imaginar un proyecto metropolitano desacoplado de un programa nacional y provincial, ¿Cuál es la visión que tiene sobre la responsabilidad que debería tener la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en relación a la realidad del AMBA?
MB: El mayor problema que tiene nuestro país es la desigualdad. Su mayor desafío, modernizar las propuestas de política pública ajustándolas a una nueva agenda de justicia social. Muchos de los problemas que debemos afrontar son viejos, otros más recientes. Algunos son frutos de nuestros fracasos, otros resultados de nuestros aciertos. Provengan de donde provengan, necesitamos una nueva agenda para afrontarlos. Un primer paso es tratar de delimitarlos.
La urbanización es una realidad para nueve de cada diez de nuestros compatriotas. La mayoría de ellos viven en grandes áreas metropolitanas, siendo la más numerosa la del AMBA. Ante ésta situación, no se puede seguir planteando agendas rígidas jurisdiccionales. Las problemáticas vinculadas al cambio climático, la economía 4.0, la movilidad, la inseguridad y el manejo de residuos sólidos urbanos sólo son abordables en una agenda integradora y de largo plazo.
Partimos de una hipótesis clave: hay un desfasaje entre la ciudad formal y la ciudad real, y éste desfasaje impide administrar correctamente los desafíos urbanos y mejorar la calidad de vida.
Quienes persiguen un horizonte de justicia social no tienen que bajar sus banderas históricas, tienen que traducirlas a los tiempos que corren. Cualquier proyecto que se precie de distributivo necesariamente debe ser moderno.
La CABA tiene una responsabilidad enorme dada la desigual distribución de recursos del área metropolitana.
FM: ¿Quién es Matias Barroetaveña? ¿A qué se candidatea?, ¿por qué quiere ser legislador/diputado?
MB: Candidato a Legislador porteño por el Frente de Todos. Licenciado en Cs Políticas de la Universidad de Buenos Aires, donde también es profesor. Master en Políticas Públicas y Gerenciamiento del desarrollo Universidad Nacional de San Martín y Georgetown University. Director del Centro de Estudios Metropolitanos (CEM). Ex Secretario de Empleo y Seguridad de la Nación. Ex presidente de la Auditoria General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA).
Redes sociales: Twitter/X @mbarroetavena y Facebook @MatiasBarroetavenaa
FM: ¿Alguna propuesta que quiera agregar?
MB: Según la Carta Mundial del Derecho a la Ciudad para el año 2050 la tasa de urbanización mundial llegará al 65%. Esto significa que la población mundial desarrollará la totalidad de su vida en centros urbanos, que irán desde pequeños conglomerados hasta megaciudades. Por tanto la Ciudad debería estar diagramando un camino para convertirse en una metrópoli del futuro pero teniendo a la vista los desafíos ambientales, sociales y climáticos. De nada sirve planificar ¨Ciudad Verde¨ si se impermeabiliza el suelo con cemento o se proyectan obras de infraestructura que nada tienen que ver con estrategias de adaptación al cambio climático. Por el contrario, sólo se agrega más incertidumbre a las consecuencias futuras.
Desde los distintos sectores se debe abonar por una ciudad equitativa, con pleno ejercicio de derechos, resaltando su dimensión colectiva y comunitaria, sosteniendo su función social, ambiental y ecológica; e impulsando nuevos derechos urbanos que surgen de la relación de los ciudadanos con su territorio, el espacio y su hábitat.