El martes 25 de Junio se realizó el encuentro de clausura del Foro “Hacia un AMBA más resiliente” en el salón Presidente Perón de la Legislatura de la CABA. El foro fue realizado en conjunto con CIPPEC, moderado por los especialistas Ana Carolina Herrero y José Antonio David, quienes estuvieron presentes en el evento de cierre junto con Máximo Lanzetta, Inés Camillioni, Gabriel Lanfranchi, David Groisman y Lucio Flores Pirán. El mismo contó con la participación de más de 60 personas, del sector público, privado, academia y tercer sector.
La reunión comenzó con la presentación de Lucio Flores Pirán (Asesor de la Diputada Natalia Fidel) quien dio la bienvenida en nombre de la Diputada Fidel, seguido de Gastón Urquiza (Director Ejecutivo- Fundación Metropolitana), quien moderó el evento.
Lucio Flores Pirán afirmó que “Hoy el 50% de la población mundial reside en ciudades, y se proyecta que ese número crezca a un 70% para el 2050. Además, cada día las poblaciones se enfrentan a mayores desafíos relacionados al cambio climático. Todas las acciones del hombre tienen consecuencias sobre el medioambiente, y la mayoría son negativas”. También sostuvo que “Los problemas del calentamiento global y del medioambiente tienen la particularidad de no respetar jurisdicciones. Sin embargo, las políticas públicas sí se topan con estas barreras jurisdiccionales, y por esta contradicción, la coordinación es necesaria para abordar estas problemáticas”.
Luego, la tutora del Foro Ana Carolina Herrero (Programa de Ciudades- CIPPEC) presentó los resultados del Proyecto del AGBA resiliente, donde se evaluó la resiliencia de los 40 municipios del AMBA y de la CABA. “El proyecto contó con dos aristas: una investigación y una evaluación. En primer lugar, se investigaron los riesgos de los municipios frente a tres eventos específicos: inundaciones, vientos y olas de calor, y luego, esos datos se cruzaron con el índice de vulnerabilidad social. Por otro lado, se buscó ver si efectivamente existían esas amenazas, y previsión en los municipios. Así, se creó el Índice de Resiliencia Climática para el AGBA a través de entrevistas y encuestas a los intendentes, al personal técnico y a los secretarios de ambiente, para determinar el grado de resiliencia frente al cambio climático” sentenció.
“Es necesario un aprendizaje horizontal entre pares, con experiencias que ya llevan a cabo algunos municipios, y que fácilmente podrían aplicarse en municipios con características similares. Todo ello para lograr una región metropolitana resiliente. Por otro lado, también vimos que la resiliencia en los municipios, salvo en tres casos, suele plasmarse en obras puntuales y muy chicas. Deberían haber otras medidas de prevención, y de articulación con municipios vecinos” finalizó Herrero.
Continuó la investigadora Inés Camilloni (UBA – CONICET), quien sostuvo que “el rol de las ciudades en el cambio climático es fundamental. Como se mencionó, el 50% de la población vive en ciudades, allí se produce el 70% del CO2 pero las mismas ocupan solamente un 3% de la superficie mundial. Así, el rol de la mitigación y adaptación desde las ciudades es fundamental”.
Camillioni afirmó que las emisiones provienen en su mayoría de la generación de energía, del transporte, de la industria, de los residuos, y de los edificios, pero “también existen otros determinantes sobre las emisiones como lo son: el componente demográfico de la ciudad, la ubicación, el tipo de actividad económica y la forma del ambiente urbano”.
El cambio climático produce muchísimos efectos en las ciudades según la especialista: “genera desplazamientos, daños en infraestructura, impactos en la salud, en la seguridad alimentaria, en los ecosistemas, en el desarrollo económico y en el entramado social”.
Finalmente la especialista se refirió a la situación local y las posibles medidas de mitigación. “En los últimos años, se ha producido un aumento de la temperatura mínima y un aumento de la temperatura máxima, pero aún más preocupante es el aumento en las lluvias (32%). Al analizarlas detalladamente, se ve que en CABA este aumento fue significativamente mayor que en un municipio como Ezeiza. Ello muestra que no sería solo el cambio climático lo que genera estas lluvias, sino también otros factores como: la isla urbana de calor, el efecto de obstrucción y la contaminación del aire.
Ahora bien, ¿Qué hacer? ¿Hacer una adaptación y mitigación a qué? Eso es algo a lo que no podemos responder todavía para el AMBA. En suma, el enfoque recomendable es aquel en el que se produce una sinergia entre la adaptación y la mitigación, con soluciones basadas en la naturaleza como los techos verdes. Finalmente, cabe destacar que la acción inmediata es fundamental.
Continuó con su exposición Máximo Lanzetta, Subsecretario de Agencia de Política Ambiental – Almirante Brown, quien presentó el Atlas Ambiental 2019: “Es un documento de divulgación con información del municipio en temáticas como: la estructura del suelo, las cuencas hídricas, la gestión del agua, las normas ambientales, la gestión de los RSU, la calidad ambiental de los recursos, el cambio climático y la educación ambiental, entre otras. El brindar información es un componente clave para abordar el problema de la resiliencia de los municipios”.
El Atlas muestra, cómo los mayores ríos del municipio nacen en el mismo municipio. “La idea es poder pensarnos desde el territorio, por ello también el Atlas muestra las particularidades del mismo”.
El funcionario también se refirió a la educación ambiental que, señala, es un pilar fundamental de la gestión del Municipio. “Desde el municipio estamos trabajando bastante en las escuelas, más de 100 están reciclando residuos. Además, con el OPDS hicimos una caracterización de los residuos del municipio, donde el 30% de ellos son de alimentos. Así, a la hora de pensar la gestión de la basura y los temas del cambio climático tenemos una proporción de orgánicos muy importante”.
Finalizó dando cuenta de cómo cree que debe insertarse el tema climático en las agendas de los gobiernos locales: “debe ingresar a través de los temas cotidianos: residuos, agua, energía, ya que este tema aparece como lejano y teórico, pero abordándolo desde las acciones concretas de lo local, se gana lugar en la agenda pública. Por otro lado, cabe destacar que la cobertura de servicios es baja en muchos de los gobiernos locales, y el cambio climático aparece como un aliciente más de las vastas problemáticas que tiene que enfrentar un gobierno local del AMBA”.
“Sin embargo, la discusión en su totalidad está todavía muy verde. Por ejemplo, respecto de la matriz energética, el modelo de desarrollo hay que anclarlo en el país en el que estamos, un país con deuda y problemas de desarrollo industrial clásico. Debemos pensar más claramente el modelo de desarrollo que queremos y después descarbonizar” finalizó.
A su turno, David Groisman, Director de Gestión Estratégica- GCBA, destacó las medidas que el Gobierno de la Ciudad viene tomando con respecto al cambio climático. “Desde el GCBA estamos en una Red de 100 Ciudades Resilientes, donde se comparten buenas prácticas. Después de un año de trabajo, lanzamos en septiembre de 2018 la Estrategia de Resiliencia que consta de 5 pilares, 3 ejes transversales, 14 objetivos estratégicos y 60 iniciativas (de corto, mediano y largo plazo)”.
Groisman indicó que desde la gestión pública entienden la resiliencia de forma ampliada, “por ello los pilares son: diversidad, género y convivencia; innovación, talento y oportunidades; ambiente y sustentabilidad; integración social y urbana; seguridad y gestión de riesgos. Además, dentro de cada una existen ciertos proyectos que estamos llevando a cabo como la estrategia de género y migraciones; los empleos del futuro; la agenda de cambio climático; comuna 8 a escala humana y el plan hidráulico”.
Pero además, la ciudad encara esta temática de forma transversal. “Muchas de las iniciativas están enmarcadas en el Ministerio de Ambiente y Espacio Público, pero también trabajamos en una agenda que permite planificar a largo plazo, y en conjunto con todas las áreas de gobierno. Esta consta de cuatro pilares: infraestructura verde, movilidad sustentable (hay ya 8 colectivos eléctricos y se empezaron a probar los monopatínes eléctricos), energía limpia y eficiente, y residuos.
Por otro lado, la idea es pensar en clave de cuáles serán los desafíos dentro de 10 años, y a partir de ello pensar la planificación a largo plazo. La Ciudad tiene un claro ejemplo de ello en el Plan Carbono Neutral 2050, una política que planifica a treinta años, y que tiene la mejora en la calidad de vida de los habitantes como foco final”.
Finalmente, Gabriel Lanfranchi, Director del Programa de Ciudades- CIPPEC, hizo un repaso por los principales puntos del estudio “Delivering National Climate Action Through Decarbonized Cities”, un documento acerca de ciudades carbonizadas, presentado en el T20 en Japón.
“Este documento busca generar avances en pos de soluciones integrales y transversales, y para ello hace falta un rol proactivo de las acciones climáticas urbanas, encontrar vías de financiamiento y nuevos mecanismos de gobernanza”.
El escrito abarca 9 temas de relevancia a forma de sugerencias de acción. “En primer lugar, los gobiernos nacionales deben trabajar juntos con los gobiernos locales para acceder a los objetivos de mitigación. Luego, se debe reconocer la urgencia de priorizar estos esfuerzos, siendo que estos problemas no pueden resolverse con medidas graduales. Tercero, se recomienda empoderar a los gobiernos locales, darles la flexibilidad para atraer inversiones verdes y alienar las regulaciones fiscales nacionales”, concluyó.
Este evento fue una instancia presencial de cierre para avanzar en la construcción del documento de recomendaciones que se presentará a decisores públicos y/o privados al finalizar el Foro del cual están participando alrededor de 200 actores relacionados a esta problemática.