Los desafíos de la Agenda Ambiental Metropolitana: crisis climática, economía circular y empleo verde - Informe Digital Metropolitano

Los desafíos de la Agenda Ambiental Metropolitana: crisis climática, economía circular y empleo verde

En el marco del Foro Metropolitano 2022 Construyendo Desarrollo Sostenible para Argentina el panel de Ambiente se trató sobre “Los desafíos de la Agenda Ambiental Metropolitana: crisis climática, economía circular y empleo verde”.

El objetivo del panel fue sostener la línea de reflexión que hemos realizado junto al Centro de Estudios Metropolitanos (CEM) y la Universidad Arturo Jauretche a través del Ciclo de Diálogos de Ambiente Metropolitano: Adaptación al Cambio Climático, Empleo Verde y Economía Circular. 

La mesa estuvo moderada por Pablo Mesa, Coordinador académico del CEM; Tamara Basteiro, Subsecretaría de Política Ambiental de la Provincia de Buenos Aires; Manuel Mateu, Coordinador de Residuos Sólidos Urbanos de la Nación; Leila Devia, profesora en Facultad de Derecho en Universidad de Buenos Aires; Sixto Cristiani, representante de Eco House; y Cristina Maiztegui, Coordinadora de Red de Mujeres en Diálogo Ambiental.

El debate se centró especialmente en las distintas cuestiones de la agenda ambiental como la economía circular. La doctora Leila Devia señaló -en coincidencia con los otros panelistas- que no se puede continuar con una economía lineal. Pero también remarcó que, aún así, se necesita un consenso sobre lo que se comprende como economía circular para poder gestionar políticas públicas que articulen las leyes con las posibilidades fácticas de los poderes ejecutivos.

Una aproximación a la explicación sobre el límite de la economía lineal fue dada por Sixto Cristiani quién introdujo el paradigma de la economía ambiental. De acuerdo a la economía ambiental el crecimiento tiene un límite porque los recursos naturales que extrae son finitos; y a ésto se le agrega la complicación de que el sistema económico actual crea residuos que traen aparejados efectos negativos en la salud del ambiente y de las poblaciones. De acuerdo a este paradigma, la economía es un subsistema del ambiente y no al revés.

Al respecto, Manuel Mateu habló sobre la necesidad de la responsabilidad extendida hacia el productor y su regulación. Además indicó que, para que la política sea buena, debe cumplir 3 requisitos: primero, que lo que se ponga en el mercado sea mejor, es decir tiene que direccionar y regular  qué es lo que se pone en el mercado para que sea mejor y sea menos; segundo, hay que gestionar eso que se pone en el mercado, financiar el sistema, asignar recursos y responsabilidades; y tercero, promover que los residuos se incorporen a una cadena productiva de valor para que pueda ser reinsertado, pero también hay que tener un plan articulado para los residuos que van hacia disposición final.

Cristina Maiztegui, por su parte puso el acento en la difusión y defensa de la regulación vigente como el artículo 41 de la Constitución Nacional que “impone a las autoridades proveer a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y establece que le corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las provincias las necesarias para complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdicciones locales”.

Maiztegui también consideró a la Ley General del Ambiente como el marco fundacional del derecho ambiental, pues es la que establece los presupuestos mínimos para el logro de una gestión sustentable y adecuada del ambiente, la preservación y protección de la diversidad biológica y la implementación del desarrollo sostenible en Argentina. Asimismo, establece un marco general sobre información y participación en asuntos ambientales, la responsabilidad por daño y la educación ambiental.

En esta línea Maiztegui señaló que los derechos ambientales son comunes y toda la ciudadanía puede reclamar la protección de un ambiente sano. Sin embargo, expusó que en la práctica el impacto ambiental es desigual y afecta a las poblaciones de menores recursos, que también son las que más barreras tienen para reclamar por sus derechos.

En este mismo sentido, Tamara Basteiro explicó que las políticas ambientales deben construirse con la participación de las mujeres porque son más del 50% de la población que habita los territorios vulnerables y quienes sufren directamente las inundaciones y enfermedades producto del cambio climático. En esta clave, Basteiro presentó un proyecto para la participación y representación de las mujeres en la conformación del Consejo Directivo de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo.

Para cerrar el encuentro las y los disertantes reconocieron la relevancia del aporte al ambiente de las y los recuperadores urbanos. Y coincidieron con la importancia de la representación de las mujeres, disidencias y juventudes en las tomas de decisiones sobre las políticas económicas, sociales y ambientales. 

 

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