(Por Noelia Leiva) Hoy la mitad de la población mundial vive en ciudades, y se estima que hacia 2050 será el 70 por ciento la que resida en esas zonas. Esa proyección es la que cita Philips a la hora de presentar su programa “Ciudades habitables”, que entiende que no alcanza con que un espacio permita a su población asentarse sino que debe velar por que las personas puedan cumplir con sus actividades en armonía con su medio y capacidad de desarrollo. La iniciativa de la empresa apunta a generar redes entre los actores públicos, privados y comunitarios para hacer del lugar donde viven uno más saludable y sustentable.
Es que la “salud” también es un concepto que atender cuando se trata de un organismo social, es decir, un ‘todo’ constituido por muchas personas que se conectan. Cada vez más población se concentra, y entonces las necesidades se agudizan. Sin embargo, no siempre la distribución de los recursos es óptima para satisfacerlas de manera equitativa. Entonces es preciso trabajar para revertir la situación y garantizar el bienestar de los ciudadanos, “que exigen mejorar la calidad de vida: la protección, la seguridad y el acceso a los bienes públicos tales como el transporte, la educación, la seguridad o el entretenimiento”, definió Santiago Pezzati, gerente senior de Asuntos Públicos y Sustentabilidad de Philips Argentina.
Para la compañía, una urbe que merece la categoría de “habitable” es aquella que se vuelve “querible por sus habitantes y quienes las visitan”, señaló el referente, en diálogo con Grandes Ciudades. Ese ‘aprecio’ es también sinónimo de “éxito” de acuerdo a los criterios del programa, que se logra de acuerdo a los criterios de “autenticidad, inclusión y resiliencia”, lo que resumieron como “Modelo AIR”. En síntesis, debe respetar su identidad, generar oportunidades para todos lo que la elijan y tener la capacidad de desarrollar estrategias para reponerse de situaciones de conflicto.
Según esa mirada, cuando se trata de sumarle calidad a la vida en lo urbano, hay valores que superan lo meramente económico y tecnológico, y son las variables que más aparecen cuando una propuesta apunta al crecimiento. Desde el criterio que aplica la compañía, se debe pensar cómo “llegar a ser lugares cada vez más adecuados para el desarrollo de la vida humana”, recalcó el también abogado. “En definitiva, vivir en una ciudad debe ser una oportunidad para prosperar”, subrayó.
¿Pero cómo se trasporta a la práctica toda esa teoría? Phillips trata de asesorar a las comunas interesadas en planificar un cambio para que establezcan políticas públicas que favorezcan la vida cotidiana de los habitantes, como en materia de seguridad y embellecimiento urbano. Por eso, la firma puede trabajar donde se dan “diálogos interdisciplinarios para generar un intercambio de ideas” que luego se vuelquen en las tareas impulsadas desde el Estado.
Ciudad que parte de lo colectivo
“La Ciudad Habitable la diseñamos todos: los ciudadanos, el sector empresario, las organizaciones de la sociedad civil y el sector público”, insistió Pezzati, aunque aclaró que las áreas de gobierno tienen la responsabilidad de aplicar iniciativas que apunten a alcanzar las metas de bienestar, sobre todo de cara a “los nuevos desafíos del futuro”, con acento en la planificación a largo plazo.
Mientras las autoridades tienen la función de diseñar estrategias y el sector económico de producir en sintonía con esos criterios, también los habitantes deben respetar los parámetros de convivencia con el otro. “Asociar a la gente, juntarla, buscar el consenso, escuchar sus voces, ver qué propuestas tienen para mejorar la calidad de vida de las personas: ese es el camino para encontrar soluciones innovadoras”, enfatizó el referente. Los ámbitos de contacto comunitario son la arena esencial para que se tejan esas redes.
Además, el programa resalta que deben tenerse en cuenta las cualidades sociales, demográficas, ambientales y de generación de bienes que tiene cada conglomerado, porque considera que son las características diferenciales que indicarán si las medidas pensadas para que un lugar sea “querible” se adapta o no a sus requerimientos. En definitiva, buscan erradicar las prácticas que homogenizan todo lo que sucede en las metrópolis para recuperar las identidades de los grupos, incluso en ámbitos de gran cantidad de población o circulación de personas.
Para que un distrito se sume a la iniciativa y reciba el asesoramiento de Philips, debe comprometerse a llevar a cabo propuestas mixtas, es decir, en cooperación entre lo público y lo privado. En concreto, la empresa aportará material para “introducir innovaciones tecnológicas significativas que mejoran la calidad de vida de los ciudadanos”, señaló el gerente del programa que funciona desde 2011. Las tareas realizadas se enmarcan en una plataforma mayor de trabajo, que se llama Centro Philips para la Salud y Bienestar.
Experiencias de lo habitable
Las urbes que se animan a involucrarse en la iniciativa saben que lo que tienen delante de sus ojos es una propuesta de cambio que va desde las responsabilidades cotidianas de una gestión, como puede ser la higiene de una plaza, hasta instancias superiores de interrelación social, como la articulación entre ONGs para generar planes de prevención. La primera en interesarse por la transformación fue Rosario, Santa Fe. Luego fue el turno de Salta, Córdoba, Mendoza y la uruguaya Montevideo, aunque también se aplica en otros puntos del continente, como México. Para este año buscan expandir el programa a Concepción, en Chile.
“Procuramos generar el debate y plantear soluciones en las principales áreas metropolitanas de la región que transiten un fuerte crecimiento poblacional”, resaltó Pezzatti durante la entrevista. Para alcanzar ese fin, parten de las cualidades propias de cada zona y de lo que esperan.
En su primer arribo a un espacio de trabajo, Rosario, identificaron el problema de accesibilidad a la atención médica y de la prevención, e implementaron el “Camión de la mujer”, una unidad de diagnóstico móvil en el que Philips trabaja junto a la Liga Argentina de Lucha Contra el Cáncer (Lalcec), con el auspicio de OSDE. La medida estuvo asociada al programa sanitario educativo “Guardianes de la Salud” y buscó promover los beneficios de un examen médico preventivo en el tratamiento de enfermedades oncológicas.
También avanzaron en el embellecimiento de la ciudad: iluminaron el Monumento Nacional de la Bandera para festejar los 50 años de su creación y el Casino City Center Rosario, uno de los más grandes de América Latina. Además, donaron extractores de jugo al “Hogar del Huérfano” que albergaba, entonces, a 160 chicos. Para dar cuenta de su objetivo de articular entre actores sociales, convocaron a una consultora y al Mercado de Frutas y Verduras local para que los ayuden.
Otro episodio fue la segunda vivencia de aplicación del programa en la cotidianeidad de un lugar, que se realizó en Salta. Para visualizar la propuesta, iluminaron el Centro Cultural América con lámparas de bajo consumo, uno de los lugares de referencia para el acervo local. También convocaron al 2° Evento Ciudades Habitables, que se realizó en el espacio reacondicionado y reunió a especialistas del país con el objetivo de avanzar en las conclusiones sobre cómo convertir las superficies de cemento en zonas donde sea agradable -y no una obligación- residir.
“El lema Ciudades Habitables nos presiona para que formulemos preguntas profundas respecto de qué elementos resultan importantes en la vida urbana moderna. También nos reta a desarrollar propuestas y soluciones eficientes para el entorno urbano en materia demográfica, económica, medioambiental y de recursos que las sociedades enfrentan en la actualidad en todo el mundo”, expuso, durante ese encuentro, Gustavo Verna, CEO de Philips.
En el marco de la iniciativa local, nuevamente llevaron el móvil que realiza papanicolaus y mamografías de forma gratuita.
En una de sus últimas implementaciones llegaron a Maipú, Mendoza, motivados por el creciente desplazamiento poblacional del campo a la ciudad. Según las estadísticas que difundió la empresa en el encuentro que realizaron, en esa ciudad en diez años bajó dos puntos el porcentaje de personas que viven en zonas rurales o desérticas. Es decir que ocho de cada diez habitantes se asentaron en la urbe. En su arribo a territorio cuyano también llamaron a especialistas para integrar una mesa que debatió sobre “ciudades del futuro”, donde se cruzaron médicos, especialistas en iluminación y geógrafos con el intendente de la localidad y funcionarios provinciales.
Según difundieron entonces, la firma originaria de Holanda invierte lo equivalente a 2 mil millones de euros en innovación de productos amigables con el medio ambiente, de la mano de “la investigación y el desarrollo” y de cara a buscar nuevos puntos interesados en transformar sus costumbres productivas y de vinculación.
Un premio para aunar
Para instalar la propuesta entre los especialistas y los funcionarios comunales, la empresa creó el galardón Ciudades Habitables, destinado a personas, grupos, compañías y organizaciones no gubernamentales que desarrollen proyectos factibles de ser llevados a la práctica para contribuir al “bienestar urbano”. Ya recibieron 450 trabajos de 29 países que, entre otros temas, apuntan a la generación de parques, la reutilización de los residuos y la protección de recursos agotables como el agua.
De esos proyectos, seleccionaron ocho y de ellos eligieron el del argentino Manuel Rapoport, un diseñador industrial que elaboró la iniciativa “Plaza Móvil” que apunta a
resolver el problema de falta de espacios verdes en los conglomerados. Los feriados o fines de semana se cerraría al tránsito una calle elegida en algún barrio, tras lo que llegaría un camión con el mobiliario necesario para la recreación: aros de básquet, arcos de fútbol, un muro para escalar y sillones para los menos deportistas. Durante unas horas, 100 metros que solían ser pisados por las ruedas de los vehículos se convertirían en zona de diversión y conexión comunitaria.
Para avanzar en la búsqueda de nuevas iniciativas, cuentan con el aval de la Fundación Avina, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Embajada de Holanda, el Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresaria, la Red Ciudadana Nuestra Córdoba y Nuestra Mendoza, entre otras, con el fin de generar según Pezzati, “soluciones concretas y simples para contribuir al bienestar urbano”.