Este mes lanzamos dos nuevos Foros Virtuales: En el Foro “Buenos Aires Metropolitana y sus estadísticas” se analizaran las diversas denominaciones del AMBA y sus sistemas de información para la toma de decisiones. En el Foro “ODS 5: Igualdad de género. Buenas Prácticas en el mundo del Trabajo” se pondrán en común buenas prácticas para promover la igualdad de género.
Para el Foro “Buenos Aires Metropolitana y sus estadísticas” estamos convocando junto al Centro de Estudios Metropolitanos, el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, el Centro de Estudios Urbanos de la UNSAM, el Centro de Investigación de Política Urbana y Vivienda de la UTDT, el Instituto del Conurbano de la UNGS, el Observatorio Urbano Local OUL-BAM de la FADU-UBA, la Legislatura y el Consejo de Planeamiento Estratégico de la CABA.
Por su parte, al Foro “ODS 5: Igualdad de género. Buenas Prácticas en el mundo del Trabajo” lo organizamos junto al Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales. Convocamos en conjunto con la Fundación Flor y el Grupo Empresarial de Mujeres Argentinas (GEMA).
Buenos Aires Metropolitana y sus estadísticas
Ejes de análisis
- Analizar y sistematizar las denominaciones de la Buenos Aires Metropolitana y las partes que la integran, sus correspondientes recortes territoriales, sus fundamentos y justificaciones.
- Definir la consistencia del sistema de información de la Buenos Aires Metropolitana y sus subsistemas, señalando temas, contenidos relevados, alcance territorial y unidades de medición.
Fundamento
Denominación y denominaciones
Buenos Aires Metropolitana es la comunidad rioplatense asentada geográficamente en la unidad ecosistémica delimitada por la ruta provincial 6 y el Río de la Plata. Está integrada por la mancha urbana, el borde periurbano, el bajo delta del Paraná y la costa. Por lazos sociales, productivos y culturales se trata estructuralmente de una única comunidad que produjo un espacio de notable complejidad y escala.
BAM y sus partes, fueron mereciendo diferentes denominaciones como ser, región, área metropolitana buenos aires, gran buenos aires, conurbano, aglomerado, corredores, etc. conforme los modos de abordar el territorio, la población y sus actividades. Como consecuencia, se fue generando una heterogeneidad de mediciones que resultan insuficientes para caracterizar y conocer a la Buenos Aires Metropolitana.
Al convertir al continuo urbano en una única ciudad, el proceso de metropolitanización provoca en los temas de gran escala -como la seguridad o el desarrollo económico- una fragmentación de su gestión, frente a la cual, el único camino posible es cooperar entre las diferentes jurisdicciones del sistema federal de gobierno.
La planificación demanda diagnóstico, y éste exige medición. En consecuencia, sin una apropiada definición de los objetos de estudio y acción, que permita el relevamiento de información y el armado de estadísticas útiles, no será posible planificar correctamente e implementar políticas públicas que mejoren la calidad de vida de las personas. Resulta imperiosa una buena medición para la toma de decisiones tanto públicas como privadas.
El documento ¿Qué es el Gran Buenos Aires? publicado en 2003 por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) aborda las diferentes denominaciones que ha adquirido la región, dependiendo si se toma el aglomerado, los municipios, la CABA y las subsiguientes combinaciones posibles. Las 3 principales son; Gran Buenos Aires (GBA), Aglomerado Gran Buenos Aires (AGBA) y Región Gran Buenos Aires (Región GBA). A su vez, distintas agencias y organizaciones incluyen de modo diferencial los Municipios que corresponden a BAM, por ejemplo; la Agencia de Transporte Metropolitano incluye 42 Municipios, mientras que la Red AMBA Salud tiene proyectado incluir 40 Municipios. Por su parte, el Instituto del Conurbano Bonaerense (ICO) de la Universidad Nacional de General Sarmiento consideran a BAM compuesta por la CABA más los 40 Municipios de la PBA que se encuentran a su alrededor.
A partir de la expansión de la mancha urbana, el crecimiento poblacional y del continuo rururbano o periurbano, y el avance de la infraestructura, la definición establecida en el documento del INDEC no refleja con fidelidad y certeza el todo y/o las partes de la BAM. La definición planteada por el INDEC resulta una foto de otro momento que debe actualizarse.
Desde la academia y las OSC desde hace tiempo se viene analizando el recorte territorial de la Metrópolis Buenos Aires en pos de una adecuada comprensión de los procesos, necesidades y potenciales soluciones para la misma. BAM tiene la mayor cantidad de población del país, concentra gran parte del PBI y el peso electoral más importante. Pero además, posee los mayores contrastes socioeconómicos, entre otros rasgos, que la define como la realidad de mayor escala y complejidad de Argentina.
Resulta imperioso consensuar sobre las diferentes denominaciones y su composición para lograr homogeneidad de tratamiento y abordajes, unificando criterios de medición, caracterización e intervención. Para esto, habrá que analizar, contener y dar cuenta de criterios específicos como son: flujos, centralidades, mancha urbana, corredores productivos, servicios, empleabilidad, áreas, región, sub regiones y otros, en función de vigencia y pertenencia en la realidad a abordar.
A los efectos operativos de planeamiento y gestión, resulta indispensable que las definiciones consensuadas de la realidad metropolitana de Buenos Aires sean adoptadas por el organismo del Estado encargado del relevamiento estadístico.
Sistema de información
La dinámica y complejidad de la sociedad actual, requiere contar con sistemas de información dotados de altos niveles de confiabilidad y validez, para establecer cuadros de situación adecuados y proyecciones con márgenes de error reducidos, que
provean a los decisores políticos y funcionarios técnicos, la evidencia empírica necesaria para la formulación, ejecución y evaluación de políticas públicas que respondan a múltiples problemáticas. Esto se expresa con particular evidencia en las áreas metropolitanas en general y en BAM, en particular.
La cuestión del sistema de información se puede abordar, con el objeto de ponerla en debate, desde tres ejes:
- El contenido. Es evidente que las problemáticas que se expresan en el territorio son multidimensionales e interdependientes, por dos cuestiones; las temáticas que se abordan, y el enfoque operacional de este abordaje.
- El alcance territorial y a las posibilidades de desagregar la información en recortes significativos que permitan establecer reconfiguraciones subregionales de diverso tipo.
- La articulación de las diversas unidades de medición (encuestas de hogares, censos, estudios específicos) llevadas adelante por organismos públicos de gestión y unidades académicas tanto estatales como privadas.
No se parte de cero, existe por un lado una recuperación de la confianza en el sistema de estadísticas nacionales impulsado por el INDEC, y por otro lado, una serie de iniciativas no gubernamentales, encabezadas por instituciones académicas y centros de investigación, que realizan aportes valiosos para la caracterización de la realidad nacional, sobre todo en el aspecto socioeconómico. En este sentido, la UCA con la medición regular que realiza desde el Observatorio de La Deuda Social Argentina, constituye un ejemplo evidente.
Metodología
El actual foro constará de tres etapas. La primera se centrará en la definición de que es BAM y las partes que la componen. Para esto, se realizará un intercambio virtual y luego de eso un encuentro presencial.
La segunda instancia constará de otro debate virtual acerca de las problemáticas de la medición estadística, se cerrará también con un encuentro presencial.
Por último, se realizará un encuentro presencial de cierre en donde se expondrán los resultados y recomendaciones obtenidas en ambas instancias y el anuncio de su entrega al INDEC.
ODS 5: Igualdad de género. Buenas Prácticas en el mundo del Trabajo
Eje: ¿Cuáles son las buenas prácticas realizadas por empresas, el Estado y la sociedad civil para contribuir al alcance del objetivo Nº 5 de la Agenda 2030 en el AMBA?
Fundamento
En la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible realizada en Septiembre de 2015, los Estados Nacionales miembros de Naciones Unidas aprobaron el documento “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”. Allí se enuncian 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), que deberán ser cumplidos de aquí al 2030. Los ODS contienen 169 metas que retoman las lecciones aprendidas con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), y proponen dar cuenta de los desafíos pendientes.
La iniciativa de Naciones Unidas insta a sus países miembros a tener como norte los ODS para implementar estrategias de transformación que reorienten su desarrollo hacia un paradigma centrado en la sostenibilidad.
Por su parte, a comienzos de 2016 y con la directriz del Gobierno Nacional, Argentina se comprometió con la implementación de la Agenda 2030 y la adaptación de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Tal como ocurrió con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Esto es, la adaptación y el seguimiento de los ODS al contexto nacional.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible abarcan una extensa serie de temas, que apuntan a mejorar problemáticas como el hambre, la pobreza, la falta de educación. Uno de los objetivos a cumplir para el año 2030, el Nº5, es el de alcanzar la igualdad de género entre las personas.
La igualdad de género no es solo un derecho humano fundamental, sino la base necesaria para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Si se facilita a las mujeres y niñas igualdad en el acceso a la educación, atención médica, un trabajo decente y representación en los procesos de adopción de decisiones políticas y económicas, los efectos repercutirán en la economía y beneficiará a la sociedad en su conjunto.
Para cumplir con este objetivo, la ONU recomienda establecer nuevos marcos legales tanto sobre las prácticas violentas y discriminatorias, como sobre la promoción de la igualdad de oportunidades para las mujeres en la educación y el trabajo. La libertad de trabajar y la igualdad de salarios entre varones y mujeres, además de políticas públicas que distribuyan el trabajo doméstico, son medidas fundamentales para lograr igualdad de independencia, ingreso y presencia en la actividad económica entre hombres y mujeres.
El diagnóstico de las Naciones Unidas señala, por ejemplo, que en 18 países del mundo, los esposos tienen potestad legal para prohibir a sus mujeres trabajar. En 39 países, las hijas y los hijos no tienen los mismos derechos de herencia. Y en 49 países no existen leyes que protejan a las mujeres de la violencia doméstica. A nivel político, si bien las mujeres han logrado importantes avances en la toma de cargos políticos en todo el mundo, su representación en los parlamentos nacionales es de 23,7% y aún está lejos de la paridad.
El diagnóstico en Argentina
La desigualdad de género está presente en múltiples aspectos de la realidad social en Argentina, siendo el mercado de trabajo una de las dimensiones donde la posición desventajosa de las mujeres se manifiesta con una intensidad preocupante.
Un informe del Ministerio de Trabajo del año 2018 sobre la participación en la economía de las mujeres argentinas, da cuenta de su desigual inserción laboral, lo que se manifiesta en menores tasas de participación en el mercado de trabajo y su contraparte en la mayor carga horaria en las actividades domésticas. También muestra las desfavorables condiciones laborales que padecen las mujeres ocupadas, lo que se expresa en una mayor incidencia de la informalidad y menores salarios.
Es importante señalar, que la participación económica de las mujeres no se puede independizar de los condicionantes provenientes del papel que históricamente se les ha asignado: la reproducción, las tareas domésticas y el cuidado de los niños y ancianos. En nuestro país, actualmente el Estado no provee dispositivos públicos generalizados de guardería para tales propósitos. En tanto, gran parte de los hogares reproducen pautas tradicionales de uso del tiempo doméstico y no doméstico, lo que redunda en una restricción para la participación económica extra-doméstica de las mujeres.
En términos agregados las mujeres participan un 54% más que los hombres en estas tareas que incluyen los quehaceres domésticos, el apoyo escolar a los niños y el cuidado de personas. En cuanto a las horas dedicadas a estas actividades, se observa una brecha aún mayor, los varones dedican 3,4 horas diarias al trabajo doméstico no remunerado y las mujeres lo hacen 6,4 horas diarias, es decir casi un 90% más[1].
Las mujeres entonces, tienen menos participación en la economía y quienes lo hacen, tiene trabajos más precarios que los varones, a pesar de estar en promedio más educadas. Según la OCDE, sólo el 43% de las mujeres de 25 a 34 años con educación secundaria tenían un empleo en 2017, mientras que entre los hombres de esa franja etaria, la ocupación se situó en el 84%[2]. Y a nivel local, de los argentinos con secundario incompleto, el 76% de los varones participa del mercado de trabajo, mientras que solo el 40% de las mujeres con ese nivel de estudios participa. En el nivel más alto se ve lo mismo: 95% de los varones con estudios universitarios completos participan del mundo laboral, mientras que de las mujeres, sólo el 84%[3].
Por otra parte, la tasa de desocupación abierta de las mujeres es del 10,6% superando esta cifra la de los varones (8,7%) y la general (9,6%). En el Gran Buenos Aires, la desocupación de las mujeres alcanza el 12,5% frente al 10,5% de los varones y al 11,4% de la general.
Finalmente, en Argentina las mujeres ganan menos que los varones (brecha salarial), ellos ganan 19% promedio más que las mujeres realizando las mismas tareas laborales. además las mujeres ocupan menos cargos directivos que los varones en general (techo de cristal)[4].
Frente a este panorama, hay varias medidas que tanto el sector privado, como público, el Tercer Sector y la academia pueden llevar adelante en pos de alcanzar el ODS Nº5. Estas van desde las capacitación en temáticas de género, extensión las licencias por paternidad para los varones, el reclutamiento equilibrado de recursos humanos, las guarderías en establecimientos de trabajo y educativos, entre otros.
[1] Ministerio de Producción y Trabajo: Equipo de Mercado de Trabajo, Dirección General de Estudios Macroeconómicos y Estadísticas Laborales: Mujeres en el Mercado de Trabajo Argentino, disponible en: http://www.trabajo.gob.ar/downloads/estadisticas/mujeres_mercado_de_trabajo_argentino-3trim2017.pdf
[2] OCDE: Las mujeres tienen más diplomas pero menos empleos, disponible en: https://gestion.pe/economia/management-empleo/ocde-mujeres-diplomas-empleos-244105
[3] CIPPEC: Para 2025 Argentina debería bajar su brecha de participación laboral de género a 1,07%, pero a lo sumo llegará a 1,37%, disponible en: https://www.cippec.org/textual/para-2025-argentina-deberia-bajar-su-brecha-de-participacion-laboral-de-genero-a-107-pero-a-lo-sumo-llegara-a-137/
[4] Ministerio de Producción y Trabajo: Los hombres ganan 19% promedio más que las mujeres realizando las mismas tareas laborales, disponible en: https://www.argentina.gob.ar/srt/estadisticas/informe-genero-2do-trimestres-2018