POR MARGARITA CHARRIERE, DIRECTORA DEL OBSERVATORIO METROPOLITANO DEL CPAU. En 2010, el Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo creó un Observatorio Metropolitano con el objetivo de identificar las formas de pensar y operar sobre el territorio. Su objetivo general es el de recopilar, sistematizar y comunicar información relevante.
Para eso, se trata de, al mismo tiempo de identificar, analizar y evaluar lo que se hizo, lo que se hace y lo que se trata de hacer y lo que falta y de conocer a quienes piensan, gestionan y o actúan en el área metropolitana. Desde esos propósitos, y a diferencia de otros observatorios centrados en cifras y datos, se coloca el foco en los proyectos de diferente tenor que tuvieron y tienen como objeto el amplio espacio de la ciudad y su área de influencia.
Ciertamente, estas propuestas no agotan el repertorio de temas-problema metropolitanos. Pero, en la medida que la mayoría de los observatorios se centran en índices y en informaciones cuantitativas, más que relevantes a la hora de dar cuenta de los cambios y de comparar ciudades entre sí, no existe en nuestro medio un registro sistemático acerca de los proyectos que dan cuenta de los modos de pensar y de actuar.
El contexto es adecuado pues, en un clima que vuelve a poner en primer plano la planificación territorial, los registros acerca de la transformación toman un renovado interés. Y, según planteamos, dar cuenta de las propuestas de intervención en todas sus escalas, permite ofrecer una base de datos para quienes intervienen sobre el territorio, permite abrir reflexiones acerca de los procesos que van desde la formulación a la implementación para los académicos, permite evaluar el impacto de las acciones que se llevan a cabo para quienes están en la gestión. Dicho de otro modo, el Observatorio está destinado para un amplio público: para quienes necesitan insumos para proyectar, para quienes tratan de comprender porque las cosas son como son y para quienes tratan que las cosas sucedan de la mejor manera.
En el marco de esos objetivos, en una primera etapa, a efectos de organizar la información y generar un sistema compartido de gestión y administración se convocó a especialistas, de reconocida trayectoria, con experiencia en el desarrollo de sistemas de información procurando asegurar una plataforma de comunicación. En ese marco, “colgamos” una selección de planes y proyectos de alcance metropolitano elaborados durante el siglo XX con el objetivo de promover una distancia crítica.
Sobre esa base de acción preliminar, consideramos necesario abrir el debate para integrar diferentes perspectivas al análisis territorial. Ese objetivo se vio reflejado en un número especial de una revista y en un evento Visiones Metropolitanas organizado en 2010, donde se registraron las miradas regionales de los arquitectos, los historiadores, los geógrafos, los educadores, los empresarios, los políticos. Los resultados del debate fueron más que relevantes pues quedó de manifiesto el desafío que resulta de articular al mismo tiempo las visiones metropolitanas de carácter integral con el estudio particularizado de los problemas, considerando los múltiples actores y procesos que, desde muy diferentes escalas, intervienen en los procesos de construcción del espacio urbano.
Ese mismo año, donde se celebraba el bicentenario de la emancipación fue ocasión de organizar una primera Convocatoria “Planes, proyectos e ideas para el Área Metropolitana de Buenos Aires”. El fin y el compromiso de la Convocatoria era el de difundir los trabajos presentados en una muestra masiva en la vía pública, y también publicar en un libro los trabajos seleccionados. Se trató también del espacio para abrir nuevas formas de pensar los problemas. Creemos haber logrado una importante comunicación con la sociedad. Los cuarenta trabajos recibidos fueron expuestos en Puerto Madero, en octubre de 2010, con una gran asistencia de público. Las personas pasaban, miraban y comentaban, recordándonos el rol que tienen las imágenes proyectuales en los debates urbanísticos y en la construcción de un debate urbanístico ampliado que nos hace mucha falta en Buenos Aires.
La evaluación de los trabajos estuvo a cargo de un jurado de calidad excepcional, que mostró el panorama resultante de los temas y de las modalidades de abordarlos que se condensó en un libro. Un conjunto significativo de propuestas se centró en las “las cuencas”, y en particular eb las alternativas de la Cuenca del Matanza – Riachuelo. La recurrencia no es casual pues la problemática ocupa un lugar central en las agendas pues el uso y la ocupación de los territorios de borde se ha judicializado, y en nuestra opinión se registra además la falta de un proyecto integral con visión de futuro. En clave metropolitana registramos además estudios referidos a las áreas verdes y al periurbano. Desde diferentes escalas de aproximación, se presentaron estudios sobre planes comunales de nueva generación y sobre otras iniciativas públicas y privadas. Una propuesta única sobre vivienda formula interrogantes, dado que el hábitat ocupa un lugar relevante en las agendas y ha movilizado la convocatoria abierta en 2012.
Sobre esos resultados, y considerando el rol prioritario de los problemas de la cuenca, se organizó en mayo de 2011, el “Seminario Ordenamiento Territorial Cuenca Matanza Riachuelo”, bajo la consigna de reunir especialistas, funcionarios de diferentes organizaciones, representantes de asociaciones de la sociedad civil implicados a los efectos de dar a conocer sus propios diagnósticos, planes y previsiones. Fueron días de intenso y productivo debate. El evento nos permitió identificar las propuestas y las soluciones en danza, construyendo un espacio de reflexiones y de conocimiento compartido, En ese sentido, cabe destacar que todos los avances que se llevan a cabo desde el Observatorio, quedan registrados en una página web, donde se instrumentó un sistema de consultas que complementa las herramientas cartográficas y digitales.
Durante 2012 nos abocamos a tres tareas. Por un lado, en un marco de proliferación de normas urbanísticas sistematizamos lo existente y lo cartografiamos de modo de ofrecer información útil y las condiciones de posibilidad para lecturas críticas fundadas. Por otro lado, estamos abocados a nueva Convocatoria, centrada en proyectos de infraestructura y hábitat que, esperamos tenga resonancias, al menos similares a las anteriores. Asimismo, procuramos armar un mosaico metropolitano con la recopilación de los planes y proyectos locales que se elaboran en los diferentes municipios que integran el AMBA.
En este punto del proceso, el balance es positivo. Sabemos que, más allá de las cosas que hicimos nos queda mucho por hacer, pero en ese “proyecto de proyectos” vamos sumando voces diversas y sobre todo ampliamos nuestras redes, condición esencial para construir conocimiento colectivo y configurar un observatorio capaz de sostenerse en el tiempo…